La amistad que rescata



Había una vez, en un pequeño pueblo de Argentina, un niño llamado Juanito. Desde que era muy pequeño, tenía un amigo inseparable: su perrito Simón. Juanito y Simón se conocieron cuando apenas eran bebés.

El papá de Juanito encontró a Simón abandonado en la calle y decidió llevarlo a casa para cuidarlo. Desde ese momento, los dos se volvieron compañeros inseparables. Desde temprano en la mañana hasta tarde en la noche, siempre estaban juntos.

Jugaban en el jardín, corrían por el campo y exploraban todos los rincones del pueblo. Siempre estaban llenos de energía y felicidad. Un día, mientras jugaban cerca del río, escucharon un ruido extraño proveniente del bosque cercano.

Decidieron ir a investigar qué era lo que estaba pasando. Al llegar al bosque, descubrieron que había una ardilla atrapada en una red que alguien había dejado allí. La pobrecita estaba asustada y no podía liberarse por sí misma.

Juanito sabía que tenía que hacer algo para ayudarla. Tomó una vara larga y con mucho cuidado logró desenredarla de la red sin lastimarla. La ardilla estaba tan agradecida que prometió ser amiga de Juanito y Simón para siempre.

A partir de ese día, los tres amigos compartían aún más aventuras juntos. Un día soleado decidieron ir al parque del pueblo donde había varios juegos divertidos para niños y perros.

Pero cuando llegaron se dieron cuenta de que todas las pelotas habían desaparecido misteriosamente. "¡Qué tristeza! No podremos jugar sin las pelotas", dijo Juanito desanimado. "No te preocupes, amigo", respondió la ardilla. "Voy a buscar una solución".

La ardilla se trepó rápidamente a un árbol y comenzó a lanzar nueces al aire. Simón, con su aguda vista de perro, atrapaba cada nuez en el aire y las dejaba caer al suelo. Así, crearon su propio juego de atrapar nueces.

Se divirtieron tanto que se olvidaron por completo de las pelotas desaparecidas. Pasaron los años y Juanito, Simón y la ardilla siguieron siendo amigos inseparables.

Aprendieron muchas cosas juntos: cómo cuidar del medio ambiente plantando árboles, cómo ayudar a los animales abandonados encontrándoles hogares amorosos y cómo ser solidarios con aquellos que más lo necesitan. Cuando Juanito cumplió 10 años, decidió escribir un libro sobre sus increíbles aventuras junto a Simón y la ardilla.

Quería compartir sus experiencias con otros niños para inspirarlos a ser valientes, amables y compasivos. El libro fue tan exitoso que llegó a manos de personas importantes en todo el país. Invitaron a Juanito y sus amigos a dar charlas en escuelas para motivar a los niños a hacer el bien.

Juanito comprendió entonces que las amistades verdaderas son aquellas que nos acompañan siempre, nos enseñan lecciones importantes y nos hacen mejores personas.

Y así fue como Juanito, Simón y la ardilla continuaron viviendo grandes aventuras mientras compartían alegrías e inspiraban al mundo entero con su amistad inquebrantable.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!