La Amistad que Sana

Valen y Donato eran dos amigos inseparables en la escuela. Siempre jugaban juntos en el recreo y se sentaban al lado uno del otro en clase.

Pero un día, Donato tuvo un accidente mientras jugaba fútbol con los demás niños. -¡Ay! ¡Me duele mucho el brazo! -gritó Donato mientras se agarraba el brazo derecho que colgaba de forma extraña.

La maestra rápidamente llamó a la enfermera de la escuela y le pidieron a Valen que fuera con ellos para acompañar a su amigo. -Donato, no te preocupes, yo voy contigo -dijo Valen tratando de animar a su amigo.

En la enfermería, el médico les informó que Donato tenía una fractura en el brazo y necesitaría usar un yeso por algunas semanas. -¿Y ahora qué hago? No puedo jugar fútbol ni correr ni hacer nada divertido -se lamentó Donato con lágrimas en los ojos.

Valen sabía lo triste que estaba su amigo y decidió hacer algo especial por él. -Espera aquí, ya vuelvo -le dijo Valen antes de salir corriendo hacia su casa. Al rato regresó con una caja llena de crayones, papel y pegamento. -¿Qué es eso? -preguntó curioso Donato.

-Es para que dibujemos juntos mientras estás recuperándote. Podemos hacer muchas cosas creativas e inventar historias divertidas -explicó Valen entusiasmado. Los días pasaron volando mientras los dos amigos dibujaban juntos durante las clases de arte.

Descubrieron que tenían mucha imaginación y crearon increíbles aventuras con sus dibujos. Donato se dio cuenta de que aunque no podía jugar fútbol, había muchas otras cosas divertidas que podía hacer con su amigo Valen.

Finalmente, llegó el día en que Donato se quitó el yeso del brazo y volvió a la normalidad. Pero esta experiencia le enseñó una valiosa lección sobre la amistad y cómo los amigos pueden ayudarnos a superar momentos difíciles. -Gracias por estar siempre conmigo, Valen.

Eres el mejor amigo que alguien puede tener -dijo Donato abrazando a su amigo. Valen sonrió feliz sabiendo que lo más importante era haber estado ahí para su amigo cuando más lo necesitaba.