La amistad que une


Había una vez en un pequeño pueblo llamado Villa Feliz, un grupo de amigos muy especiales. Estos amigos eran Juanito, Clarita, Pedrito y Sofía. Todos ellos vivían en casitas coloridas y se divertían mucho juntos.

Un día, mientras jugaban en el parque del pueblo, vieron a un nuevo niño que se acercaba tímidamente. Era Lucas, un niño algo tímido pero con una sonrisa llena de bondad.

Los cuatro amigos decidieron acercarse a Lucas para darle la bienvenida a su grupo. Desde ese momento, los cinco niños se volvieron inseparables. Jugaban al escondite, construían castillos de arena en la playa y compartían sus meriendas. Pero no todo era felicidad en Villa Feliz.

Había un niño llamado Tomás que siempre trataba de molestar a los demás niños. Le gustaba hacer bromas pesadas y burlarse de ellos.

Un día mientras estaban jugando fútbol en el parque, Tomás decidió arruinar el juego pateando la pelota lejos del campo de juego. -¡Ja ja! ¡No podrán jugar más! -se burló Tomás con una risa maliciosa. Juanito, Clarita, Pedrito y Sofía se miraron entre sí sin saber qué hacer. Pero Lucas tenía una idea brillante.

-¡Vamos chicos! Hagamos equipo y busquemos otra pelota para seguir jugando -dijo Lucas con determinación. Así fue como los cinco amigos buscaron por todo el pueblo hasta encontrar otra pelota abandonada cerca del río.

Aunque no estaba en perfectas condiciones, les serviría para seguir jugando y disfrutando juntos. Poco a poco, Tomás se fue dando cuenta de que su actitud negativa no los afectaba.

Los amigos siempre encontraban una solución y seguían adelante sin dejar que las malas acciones de Tomás los detuvieran. Un día, mientras caminaban por el bosque, encontraron un pequeño pajarito herido en el suelo. Estaba asustado y no podía volar. -¡Tenemos que ayudarlo! -exclamó Sofía con preocupación.

Los cinco amigos buscaron hojas y ramitas para hacer un nido improvisado y cuidaron del pajarito hasta que se recuperara. Fue entonces cuando entendieron la importancia de cuidar a los seres más vulnerables y cómo su amistad les daba fuerzas para enfrentar cualquier situación difícil.

El tiempo pasó y Tomás comenzó a sentirse solo. Se dio cuenta de lo equivocado que había estado al tratar mal a sus compañeros. Decidió acercarse al grupo de amigos para pedir disculpas. -Perdón por mi comportamiento pasado.

Me gustaría ser parte de su increíble grupo de amigos -dijo Tomás tímidamente. Juanito, Clarita, Pedrito, Sofía y Lucas lo miraron con una sonrisa llena de amor y aceptación. -Claro que sí, Tomás.

Todos merecemos una segunda oportunidad -dijo Juanito extendiendo su mano hacia él. Desde ese día, Villa Feliz se convirtió en un lugar aún más especial porque todos aprendieron la importancia del respeto mutuo y el valor inmenso de la amistad verdadera.

Y así, los seis amigos vivieron muchas aventuras juntos en Villa Feliz, siempre recordando que las buenas personas siempre ganan a las malas y que el amor y la amistad son los regalos más valiosos que podemos tener.

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