La amistad sin límites


En el bosque vivían muchos osos y osas, pero siempre jugaban por separado.

Los osos eran muy fuertes y les gustaba jugar a la pelota con ramas de árboles, mientras que las osas disfrutaban más de los juegos de mesa y las manualidades. Un día, un pequeño oso llamado Tito se encontró con una pequeña osa llamada Lila en el río. Ambos estaban buscando peces para pescar, pero al ver que no había ninguno decidieron jugar juntos.

Tito estaba emocionado por tener una amiga nueva para jugar, pero no sabía qué hacer porque él solo conocía los juegos de los osos. Sin embargo, Lila tenía muchas ideas divertidas y creativas que podían hacer juntos.

Primero hicieron collares de flores y luego construyeron una casa en un árbol. Después jugaron a disfrazarse con hojas y ramitas del bosque.

Tito se dio cuenta de que jugar con Lila era mucho más divertido que siempre hacer lo mismo con sus amigos osos. Pero cuando llegó la hora del almuerzo, Tito invitó a Lila a comer miel fresca en su colmena favorita.

Al principio ella se negó porque sabía que allí iban solamente los osos macho y le daba miedo sentirse excluida o diferente. "No te preocupes", dijo Tito "Vamos juntos". Lila aceptó la invitación e incluso llevó algunos dulces caseros para compartir con todos los demás animales del bosque.

Cuando llegaron a la colmena, algunos de los otros osos miraron extrañados a Lila al principio, pero Tito la presentó y les explicó que era una amiga nueva. Todos se sintieron contentos de conocerla y aceptarla en su grupo.

Después de compartir un delicioso almuerzo juntos, los osos y las osas decidieron organizar un gran juego todos juntos. Tito y Lila fueron los capitanes de cada equipo, lo cual emocionó aún más a Lila porque nunca había sido líder antes.

El juego fue muy divertido, aunque hubo algunos momentos tensos cuando el balón se perdía entre las ramas de los árboles o alguien tropezaba con alguna raíz.

Pero al final todos rieron juntos y felicitaron a ambos equipos por haber hecho un buen trabajo. Tito se dio cuenta de que jugar con sus amigos osos era genial, pero también podía ser divertido jugar con otros animales del bosque que tenían diferentes habilidades e ideas para compartir.

Ahora él y Lila eran muy buenos amigos y siempre encontraban nuevas aventuras para vivir juntos en el bosque. Desde aquel día en adelante, los osos y las osas comenzaron a jugar más seguido juntos lúdicamente sin importar si eran machos o hembras.

Aprendieron a valorar la diversidad dentro de su comunidad animal, demostrando así que no hay nada mejor que tener amigos nuevos con quienes explorar el mundo.

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