La amistad valiente de Estefania
Estefania se encontraba muy nerviosa, hoy era su primer día en la nueva escuela. Ya había pasado por esta situación varias veces, pero cada vez era igual de difícil para ella.
No sabía cómo hacer amigos y sentía que todos los demás ya tenían sus grupos formados. Al llegar a la escuela, Estefania buscó un lugar tranquilo donde sentarse y observar el ambiente.
Fue entonces cuando notó a una niña solitaria jugando con una pelota en el patio. Decidió acercarse y preguntarle si quería jugar juntas. - Hola, ¿puedo jugar contigo? - dijo Estefania tímidamente. - Claro, me llamo Sofía - respondió la niña sonriendo.
Estefania se sintió feliz de haber encontrado a alguien con quien jugar. Juntas pasaron un buen rato y descubrieron que tenían muchas cosas en común. A medida que pasaban los días, Estefania fue ganando confianza y comenzó a hablar con otros compañeros de clase.
Pero aún así, seguía siendo difícil para ella adaptarse completamente al nuevo entorno. Un día, durante el recreo, Estefania notó que Sofía estaba rodeada por un grupo de niños mayores que le estaban haciendo bullying.
Sin pensarlo dos veces, corrió hacia ellos para defender a su amiga. - ¡Dejen en paz a mi amiga! - gritó valientemente Estefanía. - ¿Qué vas a hacer tú? Eres nueva aquí - respondió uno de los niños mayores burlándose de ella.
Pero esto no detuvo a Estefanía quien decidió enfrentarlos sin miedo alguno. Con su valentía logró persuadir a los niños mayores y liberar a Sofía de su acoso. A partir de ese momento, Estefanía comenzó a ser vista con respeto por sus compañeros.
Se dio cuenta que no necesitaba cambiar quién era para hacer amigos, sino que debía confiar en sí misma y ser fiel a sus valores. Con el tiempo, Estefanía se hizo muchos más amigos y disfrutó al máximo su experiencia escolar.
Aprendió que la amistad es algo valioso que se construye con el tiempo y la confianza.
Y aunque había pasado por muchas mudanzas, encontró un lugar donde se sentía feliz y rodeada de personas que la querían tal como era.