La Amistad Verdadera



Había una vez en el pequeño pueblo de Aldorin, dos mejores amigas llamadas Xioamara y Catalina. Las dos pasaban la mayor parte de su tiempo juntas, compartiendo risas y aventuras. Un día, mientras jugaban en el parque, se encontraron con un anuncio sobre una competencia de talentos que se iba a celebrar en el centro cultural.

"¡Catalina! ¡Tenemos que inscribirnos! Podemos cantar y hacer un acto de magia. ¡Seremos la sensación!" - exclamó entusiasmada Xioamara.

"¡Sí! Pero, ¿cómo se te ocurre hacer un acto de magia? Nunca hemos practicado..." - respondió Catalina con un poco de miedo.

"No te preocupes, yo lo puedo pensar. ¡Confiá en mí!" - insistió Xioamara con una sonrisa.

Catalina, llena de entusiasmo, aceptó. Las semanas pasaron volando entre ensayos y risas. Sin embargo, Xioamara comenzó a preocuparse. A medida que se acercaba la competencia, empezó a sentirse insegura sobre su parte del acto mágico.

Una tarde, mientras practicaban, Xioamara escuchó que sus compañeros se burlaban de ella porque decían que no era lo suficientemente buena en la magia. Esa noche, abrumada por la presión y el deseo de brillar, decidió intentar hacer un truco que había visto en internet, aunque no estaba absolutamente segura de cómo funcionaba.

Al día siguiente, antes de ensayar, Xioamara se encontró en la escuela con un grupo de niños que le mostraban trucos de magia impresionantes y varitas mágicas. Sin pensarlo, tomó prestada una varita y usó un truco que no pertenecía a su repertorio para impresionar a sus compañeros. Sin embargo, no le contó nada a Catalina.

La competencia llegó y el día estaba lleno de emoción. Al subirse al escenario, Xioamara vio a Catalina sonriendo y dándole ánimo, así que se sintió mejor. Cuando llegó el momento de su acto, Xioamara decidió engañar, pensando que podría resolverlo todo en el momento.

"¡Miren este truco de magia espectacular!" - gritó Xioamara al público.

En un intento de ejecutar el truco que había aprendido en secreto, Xioamara se dio cuenta de que no podía recordar bien cómo hacerlo.

"Ay no, ¿qué hago?" - pensó en voz alta, mientras el público murmuraba confundido.

En ese momento, Catalina se dio cuenta de que algo no andaba bien. Ella había estado entrenando para el acto juntas y sabía que Xioamara no podía hacer lo que estaba haciendo. Sin dudarlo, decidió auxiliarla.

"¡Vamos, Xioamara! ¡Yo creo en vos! Recuerda la magia que hemos practicado juntas, el truco de la moneda en tu bolsillo" - le grita Catalina desde el costado del escenario.

Xioamara, al escuchar las palabras de ánimo de su amiga, se dio cuenta de que había dejado a un lado la verdadera esencia de la magia: la amistad y la colaboración.

"¡Tenés razón, Catalina!" - respondió. "¡Vamos a hacerlo juntas!" - dijo, mientras se unía a Catalina.

Ambas se unieron en un acto improvisado lleno de risas y diversión, combine los trucos que habían estado practicando y el resultado fue una presentación mágica donde las dos brillaron.

El público aplaudió con entusiasmo, y Xioamara aprendió una valiosa lección: la amistad es más importante que la competencia, y que siempre es mejor ser honesta con quienes tenemos cerca.

Al finalizar el concurso, el jurado otorgó el premio a la actuación más creativa, pero lo más importante fue el lazo que las dos amigas fortalecieron aquel día.

Así fue como Xioamara y Catalina se convirtieron en el mejor equipo de la ciudad, no solo por la magia que crearon juntas, sino por la amistad que jamás se quebraría.

FIN.

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