La apuesta de Joan



Joan era un niño muy competitivo, siempre le gustaba apostar en cualquier cosa que pudiera.

Un día, estaba jugando con sus amigos al fútbol y decidió hacer una apuesta: si su equipo ganaba, sus amigos le tendrían que comprar helados a todos; pero si perdía, él tendría que limpiar el parque por una semana entera. El partido se puso muy reñido y al final del juego, el equipo de Joan perdió.

Él se puso a llorar desconsoladamente y no quería aceptar la derrota. Sus amigos trataron de consolarlo, pero él seguía llorando sin cesar. En ese momento apareció Don Pedro, un anciano sabio del barrio. Él se acercó a Joan y le preguntó qué había pasado.

Al escuchar lo sucedido, Don Pedro le dijo:"Joan, perder es parte del juego y de la vida misma. Lo importante es cómo te levantas después de caer".

"Pero yo no quiero limpiar el parque", respondió Joan entre lágrimas. Don Pedro sonrió y le dijo:"No tienes por qué hacer algo que no te gusta, pero debes cumplir con tu palabra. Si apostaste algo y perdiste, debes asumir las consecuencias".

Joan reflexionó sobre lo que le había dicho Don Pedro y decidió cumplir con su palabra. Durante toda la semana siguiente fue al parque temprano en la mañana para reagarrar basura y mantenerlo limpio.

Al finalizar la semana, sus amigos fueron a visitarlo al parque mientras trabajaba allí. Quedaron impresionados por todo lo que había logrado en tan poco tiempo y lo felicitaron por ser un buen deportista y cumplir con su apuesta.

Joan se sintió muy orgulloso de sí mismo, aprendió una valiosa lección sobre la honestidad y el respeto a las palabras.

A partir de ese día, se convirtió en un jugador más justo y equilibrado, siempre dispuesto a aceptar tanto las victorias como las derrotas con humildad y respeto hacia sus amigos.

FIN.

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