La ardilla valiente



Había una vez, en un hermoso bosque argentino, una pequeña ardilla llamada Susy. Susy vivía feliz en su árbol, donde tenía guardadas todas sus preciadas nueces para el invierno.

Pero un día, mientras jugaba y saltaba de rama en rama, se dio cuenta de que había perdido una de sus más grandes y deliciosas nueces cerca del río que pasaba por allí.

Susy se preocupó mucho porque sabía lo importante que era esa nuez para sobrevivir durante el invierno. Sin perder ni un segundo, decidió bajar rápidamente hacia el río para buscarla. Pero cuando llegó al borde del agua, vio que la corriente era muy fuerte y no podía alcanzar la nuez.

Desesperada y triste, Susy pensó en cómo podría recuperar su valiosa nuez sin ponerse en peligro.

Fue entonces cuando escuchó a lo lejos una voz amable diciendo: "Hola Susy, ¿necesitas ayuda?" Al voltear la mirada, vio a Lucas, el castor inteligente y siempre dispuesto a ayudar. "¡Oh Lucas! ¡Qué alegría verte! Sí, necesito ayuda para recuperar mi nuez perdida", respondió Susy emocionada.

Lucas pensó por un momento y luego tuvo una brillante idea: construirían juntos un puente con ramas y hojas para llegar hasta la otra orilla sin tener que meterse al agua. Ambos se pusieron manos a la obra y trabajaron sin descanso hasta terminar el puente improvisado.

Con mucho cuidado y equilibrio, Susy cruzó por encima del puente y llegó a la otra orilla. Pero justo cuando estaba a punto de agarrar su nuez, vio que un grupo de pájaros hambrientos se acercaban volando hacia ella. "¡Ayudaaaaa!", gritó Susy asustada.

En ese instante, Lucas saltó valientemente frente a los pájaros y comenzó a hacer ruidos fuertes para espantarlos. Los pájaros se asustaron tanto que salieron volando en todas direcciones, dejando el camino libre para Susy.

Con una sonrisa enorme en su rostro, Susy tomó su nuez y corrió rápidamente hasta el puente. Lucas también regresó sano y salvo al otro lado del río. Ambos ardilla y castor celebraron su éxito con abrazos y risas de alegría.

"Lucas, no sé qué hubiera hecho sin ti", dijo Susy emocionada. "Me has salvado". "Nunca dudes de tu propia valentía, Susy", respondió Lucas con ternura. "Todos tenemos la capacidad de enfrentar los desafíos si confiamos en nosotros mismos y pedimos ayuda cuando la necesitamos".

Desde ese día, Susy aprendió que siempre hay soluciones si buscamos ayuda y confiamos en nuestras habilidades. Y así, juntos continuaron explorando el bosque argentino, enfrentando aventuras emocionantes mientras construían amistades invaluables.

FIN.

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