La ardilla y el pueblo sostenible



Había una vez un hermoso ecosistema en el bosque de Western. En ese lugar vivían muchos animales y plantas que convivían en armonía, cuidándose mutuamente. En medio del bosque vivía Ella, una pequeña ardilla muy curiosa y valiente.

A ella le encantaba explorar cada rincón del bosque y descubrir cosas nuevas. Pero había algo que siempre llamaba su atención: un pueblo cercano llamado Western.

Un día, mientras Ella jugaba entre los árboles, escuchó risas provenientes del pueblo y decidió acercarse a investigar. Al llegar allí, se encontró con Esme, una niña de cabello rizado y ojos brillantes como el sol. - ¡Hola! Soy Esme -dijo la niña con una sonrisa-.

¿Y tú quién eres? - ¡Hola, Esme! Soy Ella, la ardilla más aventurera del bosque -respondió emocionada-. Me gusta mucho explorar y aprender cosas nuevas. Esme quedó fascinada por la historia de Ella y le propuso mostrarle su pueblo.

Juntas recorrieron las calles llenas de casitas coloridas y gente amable que se saludaban con alegría. Mientras caminaban por el pueblo, Ella notó algo extraño: mucha basura tirada en las calles.

Se entristeció al ver cómo eso afectaba el ambiente donde vivían sus amigos del bosque. - Esme, ¿por qué hay tanta basura aquí? -preguntó preocupada la ardilla-. Esto no es bueno para nuestro ecosistema.

Esme también se sintió triste al darse cuenta de lo descuidado que estaba el pueblo y decidió hacer algo al respecto. Juntas, buscaron a los habitantes de Western y les explicaron la importancia de cuidar el medio ambiente. - ¡Tenemos que mantener limpio nuestro pueblo para proteger a nuestros amigos del bosque! -exclamó Esme con determinación.

Los habitantes de Western escucharon atentamente las palabras de Esme y Ella, y decidieron unirse para limpiar el pueblo. Organizaron jornadas de recolección de basura y enseñaron a todos la importancia de reciclar.

Poco a poco, el pueblo comenzó a cambiar. Las calles se veían más limpias y las personas eran más conscientes del impacto que tenían sus acciones en el ecosistema.

Incluso se creó un hermoso parque donde los niños podían aprender sobre la naturaleza y jugar sin dañarla. Ella estaba feliz al ver cómo todos trabajaban juntos para cuidar su hogar. Se dio cuenta de que no solo ella era responsable del bienestar del bosque, sino que también dependía de la colaboración de todos.

Finalmente, llegó el día en que Ella tuvo que regresar al bosque. Se despidió emocionada pero sabiendo que dejaba atrás un legado importante: había inspirado a Esme y a todo el pueblo para cuidar su entorno.

Desde entonces, cada vez más personas visitaban el bosque, respetando sus reglas y admirando su belleza natural. El ecosistema floreció como nunca antes gracias al compromiso de todos los habitantes del pueblo.

Y así, gracias a la valentía e iniciativa de Ella, el bosque en Western se convirtió en un ejemplo para otros lugares cercanos. Todos aprendieron que cuidar el medio ambiente es responsabilidad de todos y que, juntos, pueden hacer grandes cambios. Y colorín colorado, esta historia ha terminado.

Pero recuerda siempre: ¡cuida tu entorno y serás un héroe del ecosistema!

FIN.

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