La ardillita desobediente y el bosque encantado



En un bosque encantado vivía una ardillita llamada Lola, que siempre estaba buscando aventuras. Un día, sus padres le advirtieron que no debía ir al bosque encantado sin su supervisión, ya que en ese lugar vivían seres mágicos y peligrosos.

Sin embargo, la curiosidad y las ganas de divertirse con sus amigos eran más fuertes que las advertencias de sus padres, por lo que decidió desobedecer y colarse en el bosque.

Una vez dentro, se encontró con el oso perezoso, que la regañó por su imprudencia. -Lola, ¿qué haces aquí sola? Deberías haber escuchado a tus padres y no venir al bosque sin permiso -dijo el oso con voz tranquila.

Lola se disculpó y explicó que solo quería jugar con sus amigos. En ese momento, aparecieron los gemelos el Papito Juan y Roberto, quienes la regañaron también y le dijeron que debía ser más responsable.

Finalmente, se unió a ellos su amiga la ardilla Emilia, que la reconfortó y le dijo que debían encontrar una forma segura de divertirse en el bosque. Juntos buscaron actividades divertidas, pero seguras, y pasaron un día maravilloso.

Al regresar a casa, Lola comprendió que la desobediencia podía traer consecuencias peligrosas, y que era importante escuchar a sus padres. Desde ese día, aprendió a ser más responsable y precavida, siempre buscando la diversión de forma segura.

FIN.

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