La asistente especial de Santa


Había una vez una niña llamada Ruth, quien vivía en un pequeño pueblo de Argentina. Ruth siempre se había sentido atraída por la magia de la Navidad y soñaba con conocer al famoso Santa Claus.

Un día, mientras exploraba el ático de su casa, Ruth encontró una puerta misteriosa escondida detrás de unas cajas viejas.

Sin pensarlo dos veces, decidió abrirla y lo que vio del otro lado fue asombroso: ¡era el mundo de Santa! Pero para su sorpresa, no era todo como ella esperaba. El taller donde los elfos trabajaban estaba en completo caos y desorden, los juguetes estaban apilados sin terminar y no había rastro alguno de Santa Claus.

Preocupada por esta situación, Ruth decidió investigar qué había sucedido. Caminando entre las casitas del Polo Norte, Ruth encontró a Rodolfo el reno escondido detrás de unos arbustos.

Con lágrimas en los ojos, le confesó que él era el culpable de la desaparición de Santa Claus. "¿Por qué hiciste eso?"- preguntó Ruth con curiosidad. Rodolfo suspiró profundamente antes de responder: "Siempre he sido uno de los renos más fuertes y rápidos del equipo.

Pero últimamente me he dado cuenta de que todos nosotros trabajamos demasiado duro para entregar regalos en una sola noche. Me cansé de la explotación laboral". Ruth comprendió cómo se sentía Rodolfo y decidió ayudarlo a encontrar una solución pacífica para todos.

Juntos planearon organizar una reunión con los elfos y renos para discutir sus preocupaciones y encontrar una forma más equitativa de distribuir la carga de trabajo. Con mucho esfuerzo, Ruth logró convencer a todos de que trabajar en equipo era lo mejor para todos.

Los elfos se comprometieron a mejorar las condiciones laborales y a repartir el trabajo de manera más justa entre los renos. Todos estaban felices con esta nueva dinámica y el taller volvió a funcionar como antes.

Luego de un tiempo, Santa Claus regresó al Polo Norte y quedó impresionado al ver cómo Ruth había ayudado a resolver los problemas. Como agradecimiento, le ofreció ser su asistente especial durante la Navidad.

Ruth aceptó emocionada y trabajó duro junto a Santa Claus para asegurarse de que cada niño recibiera su regalo deseado. Aprendió sobre el verdadero espíritu navideño: el amor, la generosidad y la importancia de luchar por lo que creemos.

Cuando llegó Nochebuena, Ruth estaba agotada pero feliz por haber cumplido su misión. Se despidió del Polo Norte sabiendo que había dejado una huella positiva en aquel lugar mágico.

Desde ese día, Ruth llevaba consigo el recuerdo de esa aventura navideña y compartía con otros niños la importancia del trabajo en equipo, la empatía hacia los demás y la valentía para luchar por lo justo.

Y así fue como Ruth se convirtió en una verdadera heroína navideña, recordada año tras año por su contribución al mundo mágico de Santa Claus.

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