La astucia de Caperucita
Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, una niña llamada Caperucita. Era una niña muy curiosa y valiente que siempre estaba dispuesta a ayudar a los demás. Un día, su mamá le pidió un gran favor.
"Caperucita, necesito que lleves esta cesta de alimentos a la abuela Sofía. Está enferma y no puede salir de casa", le dijo su mamá preocupada.
Caperucita aceptó encantada el pedido de su mamá y se puso en camino hacia la casa de la abuela Sofía. Pero lo que ella no sabía era que en el bosque vivía un lobo travieso y hambriento que siempre buscaba oportunidades para hacer travesuras.
Mientras caminaba por el sendero del bosque, Caperucita encontró al lobo escondido detrás de unos arbustos. "Hola, Caperucita", dijo el lobo con una sonrisa maliciosa.
"¿A dónde vas con esa cesta tan bonita?"Caperucita miró al lobo con cautela pero decidió responderle educadamente:"Voy a visitar a mi abuela Sofía. Ella está enferma y necesita comida". El lobo comenzó a pensar en cómo podría aprovecharse de la situación y tener algo más delicioso para comer. "¡Qué pena! Yo también tengo hambre.
¿Por qué no me das algo de comida?", preguntó el lobo con voz fingida de tristeza. Caperucita sintió compasión por él y decidió compartir algunos alimentos con él sin sospechar sus verdaderas intenciones.
Después de compartir parte del contenido de la cesta, Caperucita continuó su camino hacia la casa de la abuela Sofía. Pero el lobo, que no estaba satisfecho con lo que había comido, decidió tomar un atajo para llegar antes y engañar a la abuela.
Cuando Caperucita llegó a la casa de la abuela Sofía, tocó alegremente la puerta y entró. Pero se sorprendió al ver al lobo vestido con las ropas de su querida abuelita. "¡Abuelita! ¡Qué ojos tan grandes tienes!", exclamó Caperucita desconcertada.
El lobo intentaba disimular su verdadera identidad pero no podía ocultar sus orejas peludas ni sus garras afiladas. Caperucita sintió miedo pero recordó que era una niña valiente y decidió actuar con astucia.
"Abuelita, ¿por qué tienes las orejas tan peludas?", preguntó Caperucita mientras pensaba rápidamente en un plan para salvarse. El lobo se puso nervioso pero trató de mantener su falso disfraz:"Ah, es porque estoy resfriada. No te preocupes, querida", respondió el lobo con voz temblorosa.
Caperucita fingió creerle pero le pidió algo muy especial:"Abuelita, me encantaría verte moverte como siempre lo haces. ¿Podrías bailar para mí?"El lobo se sintió atrapado por el pedido de Caperucita pero no tuvo más opción que hacerlo.
Mientras bailaba torpemente por toda la habitación, sin darse cuenta tropezó y cayó al suelo. Caperucita aprovechó ese momento para correr hacia la puerta y escapar a toda velocidad. Mientras tanto, el lobo se levantó furioso y comenzó a perseguirla por el bosque.
Afortunadamente, Caperucita conocía muy bien el bosque y encontró un camino secreto que solo ella sabía. Corrió hacia allí y logró despistar al lobo.
Cuando finalmente llegó a casa sana y salva, Caperucita le contó todo a su mamá sobre lo que había ocurrido. Juntas decidieron ir a buscar ayuda para atrapar al lobo travieso. Con la ayuda de los vecinos del pueblo, capturaron al lobo y lo llevaron ante las autoridades para recibir una lección sobre cómo comportarse correctamente.
Desde aquel día en adelante, Caperucita siempre fue más cautelosa al hablar con extraños en el bosque. Pero también aprendió la importancia de ayudar a los demás sin olvidarse de cuidarse a sí misma.
Y así termina esta historia infantil inspiradora y educacional, donde Caperucita demostró valentía, astucia y compasión mientras enfrentaba los desafíos que se presentaban en su camino.
FIN.