La astucia de Leandro y Lucía

Había una vez dos hermanos, Leandro y Lucía, que decidieron aventurarse en un bosque cercano a su casa. A pesar de las advertencias de sus padres sobre los peligros del bosque, ellos querían explorar y descubrir nuevas cosas.

Después de caminar por un rato, se dieron cuenta de que se habían perdido. Trataron de encontrar el camino de regreso, pero todo parecía igual y no reconocían ningún punto de referencia.

De repente, escucharon una risa malvada detrás de ellos. Se giraron para ver a una bruja con un sombrero puntiagudo y una nariz larga y torcida. La bruja les dijo que estaban en su territorio y que no podían irse hasta que le dieran algo valioso.

Leandro pensó rápidamente en cómo escapar. Recordó haber visto un libro sobre plantas medicinales en la mochila de Lucía. Sabiendo lo importante que era ese libro para ella, decidió ofrecérselo a la bruja.

"Tenemos algo muy valioso para ti", dijo Leandro mientras sacaba el libro del bolso. La bruja tomó el libro con avidez y empezó a hojearlo emocionada. Mientras tanto, los hermanos aprovecharon la distracción para escapar corriendo hacia el bosque.

Pero la bruja no tardó mucho en darse cuenta del engaño e inició su búsqueda por los alrededores del bosque. Los niños se escondieron detrás de unos arbustos mientras planificaban su siguiente movimiento.

Lucía recordó haber visto algunos frutos silvestres comestibles durante su paseo y sugirió que los recolectaran para distraer a la bruja. "Si conseguimos suficientes frutos, podemos arrojárselos y así confundirla", dijo Lucía. Leandro asintió con la cabeza y juntos se pusieron a buscar los frutos.

Después de recolectar una buena cantidad, se prepararon para enfrentarse a la bruja. Cuando la bruja apareció detrás de ellos, Leandro le lanzó un puñado de frutas mientras Lucía corría en dirección opuesta.

La bruja quedó momentáneamente desconcertada y aprovechando eso, Leandro corrió hacia su hermana y juntos escaparon del bosque. Finalmente llegaron a casa sanos y salvos.

Aprendieron que era importante prestar atención a las advertencias de sus padres sobre los peligros del bosque, pero también descubrieron que trabajando juntos podían superar cualquier obstáculo.