La astucia de Lola
Había una vez en un hermoso jardín, una abeja llamada Lola que amaba volar de flor en flor recolectando néctar para hacer miel. Lola era muy trabajadora y siempre estaba feliz zumbando entre las plantas.
Un día, mientras Lola recolectaba néctar de una hermosa flor amarilla, comenzó a llover. La lluvia caía suavemente sobre el jardín y las gotas brillaban como diamantes en las hojas verdes. A pesar de la lluvia, Lola seguía trabajando sin descanso.
De repente, un hombre malvado apareció en el jardín. Era conocido por no querer a las abejas y siempre trataba de espantarlas.
El hombre malo vio a Lola trabajando bajo la lluvia y decidió atraparla en un frasco para deshacerse de ella de una vez por todas. Lola se dio cuenta del peligro y comenzó a volar rápidamente para escapar del hombre malo. Zigzagueaba entre las gotas de lluvia mientras el hombre intentaba atraparla con el frasco.
"-¡No me atraparás! ¡Soy libre como el viento!" gritaba Lola valientemente. La abeja logró evadir al hombre malo gracias a su agilidad y determinación.
Se refugió bajo una hoja grande hasta que la lluvia cesó y el sol volvió a brillar en el jardín. Lola sabía que debía ser cuidadosa y estar alerta ante cualquier peligro que pudiera acecharla.
Desde ese día, Lola siguió siendo la abeja más trabajadora del jardín, pero también aprendió a ser astuta y precavida frente a los peligros que podían surgir. El hombre malo nunca más se atrevió a molestarla, pues sabía que era imposible detener a alguien tan valiente y decidida como ella.
Y así, la pequeña abeja Lola demostró que con esfuerzo, valentía y astucia se pueden superar los obstáculos más difíciles, inspirando a todos en el jardín con su ejemplo de perseverancia y coraje.
FIN.