La Astucia de Mateo y Drako



Había una vez en un lejano reino un valiente príncipe llamado Mateo y su fiel guerrero, Martín. Juntos protegían el hermoso castillo donde vivía la reina Sofía.

Un día, mientras todos disfrutaban de un soleado amanecer, una sombra oscura cubrió el cielo. Era un gran ogro llamado Horacio acompañado por su feroz dragón, Drako. Ambos habían venido con malas intenciones: robar a la querida reina.

El guerrero Martín fue el primero en notar la presencia de los intrusos y rápidamente se enfrentó al ogro. Con su espada reluciente y su valentía inquebrantable, luchó contra Horacio sin temor alguno. "¡Ogro malvado! ¡No permitiré que hagas daño a nuestra amada reina!" -gritó Martín con determinación.

Mientras tanto, el príncipe Mateo se preparaba para enfrentar al poderoso dragón. Sabía que no podía darse por vencido y confiaba en sus habilidades especiales para derrotarlo.

"Drako, sé que eres fuerte pero yo también tengo mi fuerza interior", dijo Mateo con calma mientras sacaba su flauta mágica del bolsillo. El príncipe comenzó a tocar una melodía dulce y armoniosa. La música llegó hasta los oídos del dragón, quien se detuvo sorprendido por aquel sonido tan hermoso.

"¿Qué es esto?", preguntó Drako curioso. Mateo continuó tocando la flauta con pasión y ternura. La melodía parecía calmar al dragón, quien poco a poco bajó su guardia y dejó de ser una amenaza.

El príncipe se acercó lentamente al enorme dragón y le habló con bondad:"Drako, sé que en lo más profundo de tu corazón no deseas hacer daño a nadie.

¿Por qué permites que el ogro te manipule?"El dragón miró a Mateo con tristeza en sus ojos y suspiró. "Siempre me han tratado como un monstruo, pero nunca quise lastimar a nadie", respondió Drako con voz apagada. Mateo comprendió la soledad del dragón y decidió ayudarlo.

Juntos idearon un plan para liberarlo del control del ogro y así poder salvar a la reina. Mientras tanto, Martín luchaba valientemente contra Horacio. A pesar de su fuerza sobrehumana, el ogro no podía vencer al guerrero, quien demostraba una habilidad excepcional con su espada.

Finalmente, Martín encontró una oportunidad perfecta para derrotar al ogro. Con un golpe certero logró desarmarlo y dejarlo completamente indefenso. El príncipe Mateo llegó corriendo junto al dragón Drako hacia donde estaba el guerrero victorioso.

"¡Lo logramos! ¡Juntos hemos salvado a la reina!" -exclamaron ambos emocionados. La reina Sofía presenció todo desde el balcón del castillo y se sintió profundamente agradecida por la valentía y astucia de sus protectores.

Los tres héroes fueron aclamados como los salvadores del reino y celebraron con una gran fiesta llena de alegría y gratitud. Desde aquel día, el príncipe Mateo, el guerrero Martín y el dragón Drako se convirtieron en grandes amigos.

Juntos demostraron que la amistad y la valentía pueden superar cualquier obstáculo, incluso cuando todo parece perdido. Y así, esta historia nos enseña que no importa cuán grandes sean nuestros desafíos, siempre podemos encontrar una forma de superarlos si permanecemos unidos y confiamos en nosotros mismos. Fin.

FIN.

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