La aventura bajo la lluvia
Había una vez un niño llamado Uriel Jesús que estaba a punto de cumplir 5 años. Estaba muy emocionado porque sus papás habían organizado una fiesta en una quinta con pileta para celebrar su cumpleaños.
No podía esperar para pasar un día lleno de diversión junto a toda su familia. El día del cumpleaños llegó y Uriel Jesús se despertó temprano, saltando de la cama de la emoción.
Rápidamente se vistió y corrió hacia el comedor, donde sus papás lo estaban esperando con una gran sonrisa. "¡Feliz cumpleaños, Uriel Jesús!" -le dijeron sus papás mientras le daban un gran abrazo.
Uriel Jesús sonrió ampliamente y les dio las gracias a sus papás por organizar el mejor día de su vida. Luego, se subieron al auto y se dirigieron hacia la quinta. Cuando llegaron, Uriel Jesús no podía creer lo que veía.
Había globos de colores por todas partes, una mesa llena de comida deliciosa y, por supuesto, ¡una enorme pileta! Sus tíos, primos y abuelitos también estaban allí para celebrar con él. Todos comenzaron a jugar en el agua mientras los adultos preparaban la comida.
Uriel Jesús reía y chapoteaba junto a sus primos mientras disfrutaban del sol radiante. Pero entonces ocurrió algo inesperado: ¡se desató una tormenta! La lluvia comenzó a caer fuertemente sobre la quinta y todos tuvieron que salir rápidamente de la pileta.
Todos estaban decepcionados porque pensaban que la fiesta se había arruinado. Pero Uriel Jesús, con su espíritu optimista, decidió que no dejaría que la lluvia arruinara su cumpleaños.
Se acercó a sus papás y les dijo:"Mamá, Papá, ¿y si hacemos una guerra de globos en lugar de nadar en la pileta?"Sus papás sonrieron y asintieron emocionados por la idea. Rápidamente organizaron una batalla de globos entre todos los invitados.
El patio se llenó de risas y gritos mientras todos lanzaban globos llenos de agua unos contra otros. La lluvia seguía cayendo, pero eso no importaba. Uriel Jesús estaba feliz compartiendo este momento especial con su familia. Todos se divirtieron tanto que olvidaron por completo el mal tiempo.
Después de jugar durante horas, finalmente llegó el momento del pastel. Todos cantaron "Feliz cumpleaños" mientras Uriel Jesús soplaba las velas y pedía un deseo en silencio.
Ese día, Uriel Jesús aprendió una valiosa lección: no importa qué tan inesperadas sean las circunstancias, siempre hay algo divertido que hacer si mantienes una actitud positiva. A medida que pasaron los años, Uriel Jesús recordaría ese cumpleaños como uno de los mejores momentos de su vida.
Siempre llevaría consigo el recuerdo de cómo convirtió un día lluvioso en un día lleno de alegría y diversión junto a su amada familia.
Y así fue como Uriel Jesús demostró al mundo que incluso cuando las cosas no salen como se planean, siempre hay una manera de convertir cualquier situación en algo especial y memorable.
FIN.