La Aventura Cósmica de la Clase de 5 B
Era un día soleado cuando los alumnos de 5° B, guiados por su entusiasta maestra, la señora Laura, se preparaban para una excursión muy especial: ¡conocer los planetas! La señora Laura, apasionada por el espacio, había organizado una visita a un nuevo planetario que había abierto en la ciudad. Los chicos estaban emocionados y llenos de preguntas.
"¿Vamos a ver a Júpiter de cerca?" - preguntó Mateo, con sus ojos brillantes de esperanza.
"¡Sí!" - contestó la señora Laura "Podremos ver imágenes y aprender sobre todos los planetas."
Subieron al micro escolar y en el camino, la señora Laura les contó sobre el sistema solar:
"Hay ocho planetas, y todos son diferentes. Mercurio es el más cercano al sol y el más pequeño. ¡Imagínense!"
"¡Yo quiero conocer a Saturno!" - gritó Valentina, emocionada.
"¡Sí! Saturno tiene anillos hermosos, pero también es muy grande, es el segundo más grande después de Júpiter."
Los niños no podían dejar de murmurar entre ellos sobre todo lo que verían.
Al llegar al planetario, les entregaron unos visores especiales para disfrutar de la experiencia. Cuando entraron en la sala, se apagaron las luces y comenzó un espectáculo deslumbrante. Las estrellas comenzaron a brillar, y de repente, la proyección los transportó hacia el espacio infinito. Los alumnos respiraron con asombro y se olvidaron de toda la realidad.
"¡Wow, estoy en Marte!" - exclamó Luis.
"Mirá cómo es el paisaje, parece un desierto rojo", dijo Bianca.
"Y allí está el Monte Olimpo, la montaña más alta del sistema solar" - añadió Mateo.
Después del espectáculo, los chicos se dividieron en grupos para aprender más. La señora Laura había preparado algunas estaciones de actividades. Un grupo se quedó a hacer un experimento sobre gravedad.
"¡Miren cómo caen las pelotas!" - dijo Tomás mientras mostraba que la de baloncesto tardaba más en caer que la de tennis.
"Eso pasa porque son diferentes en peso y forma, ¡así es como funciona la gravedad!" - agregó la señora Laura.
Otro grupo se dedicó a pintar su propio sistema solar. Valentina pintó un Saturno gigante con anillos morados, y todos empezaron a compartir ideas.
"Hagamos que Júpiter tenga muchos más colores, ¡es el planeta más grande!" - sugirió Mateo.
Y mientras todos estaban sumergidos en la actividad, un ruido fuerte interrumpió la diversión. La pantalla comenzó a parpadear y un holograma de un pequeño robot apareció frente a ellos.
"¡Hola, terrícolas! Soy Cosmo, el guardián del espacio. ¡He venido a hacer un concurso!"
Los chicos se miraron atónitos, nadie había esperado algo tan increíble.
"¿Un concurso? ¿De qué se trata?" - preguntó Luis, ansioso.
"Tendrán que responder preguntas sobre los planetas. ¡El equipo ganador tendrá un viaje virtual alrededor del sistema solar!"
La emoción llenó el aire. Se dividieron en equipos y el concurso empezó. Cosmo hizo preguntas como:
"¿Qué planeta es conocido como el planeta rojo?"
"¿Cuántos anillos tiene Saturno?"
Poco a poco, los equipos fueron respondiendo y aprendiendo.
"¡Es Marte!" - gritó Valentina.
"¡Tres anillos! Ah, no, espera, ¡son muchos más!" - mentía Tomás mientras revisaba sus apuntes.
Luego de varias preguntas, un equipo ganó, y los chicos gritaron de alegría.
"¡Nos toca el viaje virtual!" - exclamó Mateo.
Cuando terminaron, Cosmo se despidió.
"Recuerden que el conocimiento es la clave del universo. ¡Sigan explorando!"
Los niños, todavía maravillados, dejaron el planetario llenos de información y emoción.
"Fue la mejor excursión, aprendí un montón sobre los planetas" - dijo Valentina al bajar del micro.
"¡Quiero ser astrónomo!" - complementó Luis.
"¿Y yo qué, ser astronauta?" - se rió Mateo mientras imitaba a un cohete.
Los alumnos volvieron a casa con el corazón lleno de sueños y la cabeza llena de estrellas, deseando que la aventura del espacio fuera solo el comienzo de muchas más. Desde ese día, el conocimiento de los planetas y el amor por el espacio se quedó con ellos, y cada uno comenzó a investigar un planeta favorito, prometiendo aprender siempre más sobre el mundo que los rodeaba.
FIN.