La Aventura Cotidiana de los Martínez
Era un día soleado en Buenos Aires y la familia Martínez se despertaba con el canto de los pájaros. Don Raúl, el papá, siempre era el primero en levantarse. Con un estiramiento y un gran bostezo, se dirigió a la cocina para hacer el desayuno.
- “¡Buenos días, familia! Hoy les preparé tortitas con dulce de leche para que tengan energía”, anunció Raúl con una sonrisa.
Al oír esto, la mamá, Doña Clara, se levantó de un salto.
- “¡Eso suena delicioso! Pero primero, ¡a ordenar la casa antes de que se llene de comida! ”
Los niños, Sofía y Lucas, comenzaron a quejarse.
- “¿Por qué siempre tenemos que ordenar antes de comer? ” preguntó Lucas.
- “Porque todo es mejor cuando el lugar está limpio”, respondió Clara mientras sonreía.
Con un poco de resistencia, ambos niños comenzaron a ayudar y pronto la casa lucía impecable. Luego, se reunieron en la mesa y disfrutaron las tortitas.
- “Mmm, riquísimas”, exclamó Sofía, mientras se relamía los dedos.
Después de desayunar, la familia se preparó para salir. Era sábado y eso significaba una visita al parque. Era su rutina favorita.
- “¡Vamos al parque a volar la cometa que hicimos juntos! ”, dijo Lucas emocionado.
- “Sí, pero primero, tenemos que llevar las cosas”, recordó Clara.
Mientras caminaban hacia el parque, se detuvieron en una pequeña tienda para comprar algunos bocadillos.
- “¿Qué les gustaría comprar? ”, preguntó Raúl.
- “¡Galletas de chocolate! ”, gritaron Sofía y Lucas.
Finalmente llegaron al parque. El viento soplaba suavemente, ideal para volar la cometa. Raúl y Lucas la levantaron al aire.
- “¡Mirá cómo vuela! ” gritó Lucas, mientras corría detrás de la cometa. Sofía se unió a ellos y, juntos, reían y disfrutaban el momento.
Al cabo de un rato, Clara decidió hacer un picnic. Desplegó una manta y sacó los bocadillos que habían comprado.
- “¡Es hora de merendar! ”, anunció.
Mientras comían, un grupo de niños se acercó, llamando la atención de los Martínez.
- “¿Podemos jugar a la pelota con ustedes? ”, preguntó una nena que llevaba una camiseta azul.
- “¡Claro que sí! ”, dijo Sofía, encantada.
Y así, decidieron compartir la tarde jugando al fútbol con los nuevos amigos. El juego se extendió hasta que el sol comenzó a ocultarse.
- “Es hora de volver a casa”, dijo Clara, mientras miraba al horizonte.
Pero antes de irse, Sofía recordó algo.
- “¡Esperen! No olvidemos recoger toda la basura que dejamos.”
- “¡Cierto! Debemos cuidar el medio ambiente”, agregó Lucas.
Así que, antes de partir, la familia Martínez se aseguró de dejar el parque igual de limpio que lo encontraron.
- “¡Bien hecho, equipo! Estoy muy orgullosa de ustedes”, dijo Clara con una gran sonrisa.
Al llegar a casa, Raúl propuso hacer una noche de juegos.
- “¿Qué les parece jugar a los cuatro juntos? ” preguntó.
- “¡Sí, sí, sí! Pero yo quiero elegir el juego”, pidió Sofía.
Comenzaron con un juego de mesa que hacía reír a todos.
- “¡Tú te saliste de la línea! ”, bromeó Lucas, mientras Clara concentraba su atención en el tablero.
Las risas resonaron en el hogar mientras compartían historias sobre su día.
Al final de la noche, fue hora de dormir. Sofía y Lucas se acurrucaron en sus camas, cansados pero felices.
- “Hoy fue un día increíble”, susurró Lucas al cerrar los ojos.
- “Sí, pero siempre hay más aventuras en cada día”, respondió Sofía, antes de dejarse llevar por el sueño.
Y así, con una rutina diaria llena de momentos especiales, la familia Martínez se despedía de un día más, listos para más aventuras al día siguiente.
FIN.