La Aventura de Alba, Carla y el Lorax
Era un día soleado en el mundo de los árboles, donde el Lorax siempre cuidaba de la naturaleza. Sin embargo, los hermosos árboles estaban en peligro. El Lorax llamó a sus amigos, Alba y Carla, para que lo ayudaran.
"Chicas, mis árboles están en peligro. Un grupo de empresarios quiere talar todos mis hermosos arbolitos para hacer cosas que realmente no necesitan", dijo Lorax con su voz preocupada.
"¡No podemos permitirlo!", exclamó Alba con determinación.
"Claro, necesitamos trabajar juntos. Si no hacemos algo pronto, perderemos el hogar de muchas criaturas", agregó Carla.
Así que las tres decidieron emprender una aventura para salvar el bosque. Prepararon mochilas con agua, bocadillos y una gran pancarta que decía: "¡SALVEMOS A LOS ÁRBOLES!".
Mientras caminaban, pasaron por un río azul brillante, lleno de peces de colores que nadaban alegres.
"Miren, ¡qué lindo es todo esto!", dijo Carla mientras tomaba fotos.
"Sí, pero si no hacemos nada, todo esto podría desaparecer", respondió Lorax mirándolas fijamente.
Al llegar al camping de los empresarios, vieron a varios hombres y mujeres hablando y riendo mientras planificaban la tala de los árboles.
"Vamos a infiltrarnos y descubrir qué están tramando", sugirió Alba.
"Buena idea, yo me encargaré de distraerlos", dijo Lorax. Los chicas asintieron con entusiasmo.
Lorax decidió hacer un ruido raro imitando a un búho. Los empresarios se dieron vuelta sorprendidos.
"¿Qué fue eso?", preguntó uno de ellos.
"¡Es un búho mágico! ¡Vengan, vean!", gritó Lorax mientras las chicas se deslizaron detrás de unas cajas para escuchar más.
"¡Necesitamos derribar esos árboles, son la clave para nuestro negocio!", dijo un empresario.
"Pero también son nuestro hogar", susurró Carla a Alba.
"¡Debemos actuar!", dijo Alba.
Las chicas se lanzaron a la acción. Prepararon un plan. Usaron las habilidades manuales de Carla para hacer pancartas más grandes y más coloridas, y la creatividad de Alba para componer una canción que hablara sobre la importancia de los árboles.
"¡Cantaré yo!", decidió Carla.
El Lorax se unió a ellas y juntos comenzaron a cantar mientras se acercaban a la entrada del camping.
"¡No talemos los árboles! ¡Ellos nos dan aire y hogar!", cantaron en coro, atrayendo la atención de todos los presentes.
Los empresarios miraron asombrados; nunca habían visto algo así. Algunos comenzaron a aplaudir, atraídos por la melodía.
"¿Quiénes son ustedes?", preguntó uno de los empresarios.
"¡Estamos aquí para salvar el bosque!", gritó Alba, levantando la pancarta.
"¡Los árboles son importantes para todos! Si los talan, no solo perderemos la belleza de este lugar, también afectará a muchos animales y a las futuras generaciones", agregó Carla.
Los empresarios comenzaron a murmurar entre ellos, y algunos parecían entender la importancia de lo que decían.
"Quizás deberíamos reconsiderar...", dijo una empresaria.
De repente, una criatura del bosque, un pequeño pájaro, se acercó volando y se posó sobre el hombro de Lorax.
"¡Estos árboles son nuestro hogar!", trinaron varios pájaros desde las ramas cercanas.
Por un momento, los empresarios contemplaron la escena. El Lorax, junto con los pájaros y las chicas, se unieron en una muestra de cariño por la naturaleza.
Finalmente, uno de los empresarios tomó la delantera.
"Entiendo. ¿Cómo podemos ayudar a proteger los árboles?", preguntó, mirando a Lorax y a las chicas.
"¡Ayúdennos a cuidar de ellos y a replantar nuevos! Hay muchos lugares donde aún podemos plantar más árboles y hacer crecer el bosque", respondió Lorax.
Fue un giro inesperado, ¡habían conseguido salvar el bosque! Los empresarios se comprometieron a cambiar su modelo de negocio por uno que beneficiara tanto al medio ambiente como a las comunidades. Alba y Carla se abrazaron emocionadas.
"¡Lo logramos!", exclamó Carla.
"Sí, ¡gracias Lorax!", dijo Alba.
El Lorax sonrió agradecido.
"Gracias a ustedes, hemos podido unir fuerzas y crear un cambio. Juntos podemos hacer del mundo un lugar mejor. ¡Recuerda siempre cuidar de la naturaleza!", dijo mientras los pájaros cantaban alegres.
Las chicas regresaron a casa con un corazón lleno de alegría, sabiendo que habían hecho una gran diferencia, y prometieron siempre cuidar de los árboles y la naturaleza. A partir de ese día, se convirtieron en las guardianas del bosque, siempre listas para cuidar de su hogar y enseñar a otros sobre la importancia de preservar nuestro planeta.
FIN.