La aventura de Allegra en el circo



Había una vez una niña llamada Allegra que adoraba los circos. Un día, Allegra recibió un regalo muy especial: dos boletos para el Gran Circo Mágico.

Con una sonrisa de oreja a oreja, Allegra saltó de alegría y rápidamente convenció a su mamá para que la acompañara. El Gran Circo Mágico era famoso por sus increíbles acróbatas, malabaristas y, por supuesto, sus divertidos payasos.

"¡Mamá, estoy tan emocionada! ¡Vamos a ver a los payasos más graciosos del mundo!"- exclamó Allegra mientras se dirigían al circo. Una vez dentro, Allegra y su mamá se acomodaron en sus asientos y esperaron ansiosas el comienzo del espectáculo. De repente, las luces se atenuaron y la música empezó a sonar.

Los acróbatas volaban por el aire, los malabaristas lanzaban sus objetos con destreza, pero para Allegra, lo mejor estaba por venir. En el centro del escenario aparecieron los payasos, con sus narices rojas y sus zapatos enormes.

Allegra no paraba de reír con las divertidas ocurrencias de los payasos, quienes realizaban trucos increíbles y hacían reír a todos en el público. De repente, uno de los payasos miró a Allegra y le hizo una seña para que se acercara al escenario.

Allegra, emocionada, corrió hacia el payaso y se encontró de repente en el centro del circo, rodeada de payasos. "¿Quieres participar en nuestro espectáculo, Allegra?"- preguntó el payaso principal. Allegra asintió emocionada y enseguida los payasos la incluyeron en sus divertidas actuaciones.

La niña hacía reír a todos con sus ocurrencias y se sentía como una verdadera protagonista. Al final del espectáculo, Allegra recibió una ovación de pie y fue invitada a conocer a todos los artistas del circo.

Desde ese día, Allegra visitaba el circo siempre que podía, y siempre era recibida con alegría y cariño por los payasos. La aventura de Allegra en el circo la había convertido en su lugar favorito en el mundo.

FIN.

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