La Aventura de Ana y Lila



Ana y Lila eran dos niñas que vivían en un orfanato en la ciudad. Ana era un poco más tímida, con su pelo rizado y su sonrisa brillante, mientras que Lila era más extrovertida y siempre estaba buscando aventuras. Desde el momento en que se conocieron, se hicieron inseparables.

Un día, mientras jugaban en el jardín del orfanato, Lila tuvo una idea:

"Ana, ¿y si escapamos? Este lugar es tan aburrido y hay un mundo enorme allá afuera."

Ana dudó un poco.

"Pero, ¿y si nos atrapan? No quiero que nos castiguen."

"No seremos malas. Solo iremos a explorar. Además, siempre podemos volver si nos hace falta. ¿Te parece?"

Ana, emocionada pero nerviosa, asintió.

"Está bien. ¡Vamos!"

Las dos amigas comenzaron a planear su aventura. Hicieron una lista de lo que necesitaban llevar: un bocadillo para comer, una manta para sentarse y, lo más importante, su valentía. Pero había una cosa que Lila no podía dejar pasar:

"Ana, tenemos que decir la verdad. No podemos escapar y mentir. Si lo hacemos, podría volverse en nuestra contra. Necesitamos ser honestas."

"Tienes razón. Pero ¿cómo lo haremos?"

Lila sonrió.

"Creo que puedo hablar con la cuidadora. Ella es buena y quizás nos deje salir un rato si le decimos que queremos conocer el parque cercano."

Así lo hicieron. Lila fue a hablar con la cuidadora, una mujer mayor que siempre les contaba historias de su infancia.

"Señora Estela, ¿podemos ir al parque un ratito? Prometemos ser responsables y volver antes del almuerzo."

La señora Estela miró a las niñas y vio en sus ojos la emoción de la aventura.

"Está bien, pero no se alejen demasiado y cuídense. Sin travesuras, chicas."

Las niñas sintieron un gran alivio.

"¡Gracias, señora Estela! No se va a arrepentir."

Una vez fuera del orfanato, Ana y Lila corrieron hacia el parque, riendo y disfrutando del sol. Por el camino, vieron patitos en un estanque, flores de colores y un puente que parecía sacado de un cuento.

Sin embargo, a medida que exploraban, se dieron cuenta de que el parque era más grande de lo que pensaban.

"¿A dónde deberíamos ir ahora?" preguntó Ana, un poco nerviosa.

"Vamos a ese sendero que se ve interesante. ¡Seguro que encontramos algo mágico!" respondió Lila.

Mientras caminaban, encontraron un pequeño árbol con un nido lleno de pajaritos. Lila se acercó y empezó a cantarles, mientras Ana tomaba una foto con su cámara desechable.

"Esto es hermoso, Lila. Nunca pensé que veríamos esto."

Sin embargo, mientras exploraban, se dieron cuenta de que se habían alejado bastante del camino.

"Oh no, Ana. ¿Dónde estamos?" preguntó Lila, preocupada.

"Creo que debemos regresar, pero no recuerdo el camino…"

Siguieron buscando, pero todo se veía igual. Las risas se convirtieron en susurros y la emoción se tornó en ansiedad.

Después de un rato, se pararon a pensar.

"Lila, ¿qué hacemos? No podemos volver sin ayuda…"

"No te preocupes, tengo una idea. Podemos preguntar a las personas que veamos. No está mal pedir ayuda, ¿verdad?"

"No, claro que no. Vamos a ser valientes."

Así que, con el corazón latiendo, se acercaron a una señora que estaba paseando a su perro.

"Disculpe, señora, ¿podría ayudarnos? Nos perdimos. Queremos volver al orfanato, pero no sabemos cómo."

La señora sonrió.

"Claro, chicas. Sé cómo llegar. Venid conmigo."

Ana y Lila se sintieron muy aliviadas. La señora las llevó de regreso a un lugar que reconocían.

"Gracias por ser tan honestas y pedir ayuda. Es muy importante hacerlo."

"Sí, lo sabemos. Siempre que no sepamos algo, no está mal preguntar."

Cuando llegaron al orfanato, la señora Estela las estaba esperando, pero no con un castigo. En cambio, les dio un gran abrazo.

"No se preocupen, chicas. Me alegra saber que exploraron. Recordá siempre que está bien pedir ayuda cuando lo necesiten."

Desde aquel día, Ana y Lila aprendieron la importancia de ser honestas pero también de mostrar valentía al buscar ayuda. Y aunque a veces exploraban más allá de lo permitido, siempre volvieron a casa sanas y salvas, sabiendo que la amistad y la honestidad son los mayores tesoros de todos.

FIN.

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