La aventura de Baby Chris


Había una vez un pequeño niño llamado Baby Chris, que siempre había soñado con hacer un gran viaje. Él quería ver el mundo y descubrir cosas nuevas. Un día, su familia decidió planear unas vacaciones especiales para él.

"-Vamos a viajar en avión hasta la costa, donde tomaremos un catamarán para navegar por el mar", dijo su mamá emocionada. Baby Chris estaba muy emocionado de subir a un avión por primera vez en su vida.

Cuando llegaron al aeropuerto, se pusieron sus cinturones de seguridad y esperaron ansiosamente el momento del despegue. Una vez en la costa, abordaron el catamarán y comenzaron a navegar por las hermosas aguas cristalinas del mar.

Baby Chris estaba asombrado con todo lo que veía: los delfines saltando junto al barco, las gaviotas volando sobre ellos y los peces nadando debajo del agua. Después de varios días navegando, decidieron bajar del catamarán para continuar su aventura en tierra firme.

Tomaron un bus que los llevó a través de montañas y valles hasta llegar a unos hermosos lagos rodeados de árboles frondosos.

"-¡Miren todas esas montañas! ¡Y esos árboles tan altos!", exclamó Baby Chris mientras observaba por la ventana del bus. Cuando finalmente llegaron al lago, se instalaron en una cabaña rústica junto al agua. Allí pasaron días nadando en el lago fresco y explorando los bosques cercanos llenos de animales salvajes como osos, ciervos y zorros.

Pero un día, mientras paseaban por el bosque, Baby Chris se separó de su familia. Comenzó a caminar sin rumbo fijo hasta que se dio cuenta de que estaba perdido. Se asustó muchísimo y comenzó a llorar.

"-No llores, Baby Chris", dijo una voz amistosa detrás de él. Cuando se dio la vuelta, vio a un anciano sabio y amable parado frente a él. "-¿Estás perdido?", preguntó el anciano. Baby Chris asintió con la cabeza, todavía temblando de miedo.

"-No te preocupes, yo te ayudaré", dijo el anciano sonriendo. Juntos caminaron por el bosque hasta que llegaron a una cabaña donde vivía el anciano. Le ofreció comida y bebida caliente para calmar su angustia.

Después le enseñó cómo orientarse en la naturaleza y cómo encontrar su camino de regreso a casa. Finalmente, después de varios días emocionantes llenos de aventuras y descubrimientos nuevos, Baby Chris volvió a casa junto con su familia.

Había aprendido mucho sobre sí mismo durante ese viaje increíble: había aprendido sobre coraje, valentía y fuerza interior.

Y lo más importante es que había conocido gente maravillosa como aquel anciano sabio que siempre estarían en su corazón para recordarle lo especial que era este viaje para él.

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