La Aventura de Capibara Carlitos
En un hermoso rincón del bosque, había un capibara llamado Carlitos. Era conocido por ser alegre, amoroso, inteligente y muy tierno. Todas las mañanas, Carlitos comenzaba su día dando un gran abrazo a su mejor amigo, el pájaro Roco.
"¡Buenos días, Roco!" - exclamaba Carlitos con una gran sonrisa.
"¡Buenos días, Carlitos! ¿Listo para otra aventura?" - respondía Roco con entusiasmo.
Carlitos y Roco eran inseparables. Pasaban el tiempo nadando en el río y explorando el bosque. Cada día, Carlitos inventaba juegos nuevos y desafiaba a sus amigos. Pero había algo que siempre los preocupaba: la falta de agua en el lago donde jugaban.
Un día, mientras exploraban cerca de la colina, se encontraron con una tortuga llamada Tula.
"Hola, Carlitos y Roco. ¿Qué los trae por aquí?" - preguntó Tula con curiosidad.
"Estamos buscando nuevas aventuras y también esperamos encontrar más agua para nuestro lago. ¡Es tan triste verlo seco!" - respondió Carlitos con su ternura habitual.
Tula pensó por un momento y dijo:
"Tal vez podríamos encontrar una solución. Muchas criaturas del bosque estamos preocupadas. ¿Por qué no hacemos una reunión con todos y pensamos en algo juntos?"
Carlitos y Roco se miraron emocionados.
"¡Eso es una gran idea, Tula!" - dijo Carlitos, saltando de un lado a otro. Así, juntos, decidieron convocar a todos los animales del bosque.
El día de la reunión, muchos amigos se acercaron: el zorro Fernando, la liebre Lía, y hasta el viejo búho Vicente. Todos se sentaron alrededor de un gran roble.
"Gracias por venir, amigos. Estamos aquí porque necesitamos ideas para traer más agua a nuestro lago" - comenzó Carlitos, emocionado.
Fernando dijo:
"Podemos cavar un canal desde el arroyo cercano. Así, el agua fluirá hacia el lago."
"¡Es un gran plan! Pero necesitamos la ayuda de todos!" - exclamó Roco,
"¡Yo puedo volar y avisar a otros animales!"
Y así, cada uno propuso sus habilidades. Lía, con su rapidez, se encargaría de reunir hojas para hacer un mapa; Vicente, con su sabiduría, ayudaría a dirigir el trabajo; y Tula, con su paciencia, enseñaría a los demás cómo cavar.
Después de mucho trabajo, al día siguiente, todos comenzaron a excavar y construir el canal. Pero un giro inesperado ocurrió. Al llegar a la mitad del camino, se toparon con una roca gigante que parecía imposible de mover.
"¿Qué vamos a hacer ahora?" - se lamentó Roco.
"No podemos rendirnos. Siempre hay una solución" - dijo Carlitos, con su optimismo habitual.
Entonces, Carlitos se puso a pensar. Recordó cómo el búho Vicente había hablado sobre el trabajo en equipo.
"¡Vamos a hacer una cadena! Cada uno de nosotros puede empujar, y juntos seremos más fuertes."
"¡Sí! Todos juntos podemos lograrlo!" - gritó Lía, emocionada.
Así que se alinearon los unos detrás de los otros, usando la fuerza de todos. Con un gran esfuerzo, lograron mover la roca. Todos aplaudieron con alegría, y siguieron cavando.
Finalmente, después de un largo día de trabajo, el canal fue terminado, y el agua del arroyo comenzó a fluir hacia el lago. Todos se miraron entre ellos, llenos de júbilo.
"¡Lo logramos!" - exclamó Carlitos, saltando de felicidad.
"¡Sí! Juntos somos un gran equipo!" - agregó Roco, volando sobre sus amigos.
Desde ese día, el lago volvió a llenarse de agua, y todos los animales disfrutaban de sus días jugando juntos. Aprendieron que la unidad hacía la fuerza, y que trabajando en equipo, podían superar cualquier obstáculo.
Y así, Carlitos, el capibara alegre, amoroso, inteligente y tierno, nunca olvidó el valor de la amistad y la colaboración en cada una de sus aventuras.
Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.