La aventura de Casa y la Moto Varada
Había una vez un pequeño coche llamado Casa. Era de color rojo brillante y tenía un techo blanco que parecía una casa.
A Casa le encantaba explorar el mundo y conocer lugares nuevos, pero siempre se sentía triste porque no tenía amigos con quien compartir sus aventuras. Un día, mientras conducía por la carretera, Casa vio a un grupo de coches jugando juntos en un parque.
Se acercó a ellos y les preguntó si podía unirse a su juego. Pero los otros coches se burlaron de él por tener un techo extraño y lo rechazaron. Casa estaba muy triste y se sintió solo otra vez.
Con lágrimas en los faros, decidió irse del parque y continuar su viaje solitario. Pero durante su camino, Casa encontró a una pequeña moto amarilla llamada Moto que estaba varada en la cuneta. Sin pensarlo dos veces, Casa se detuvo para ayudarla.
"Hola Moto ¿Estás bien? ¿Necesitas ayuda?" -preguntó preocupado. Moto miró hacia arriba con ojos llorosos"Mi cadena está rota y no puedo moverme", dijo ella. Casa no sabía cómo reparar una cadena de moto, pero quería ayudarla de alguna manera. "No te preocupes" -dijo-.
"Te llevaré al taller más cercano para que puedas ser reparada". Así que Casa enganchó a Moto con una cuerda y la llevó al taller más cercano donde fue reparada rápidamente.
Después del arreglo, Moto estaba tan feliz que quería celebrarlo invitando a Casa a dar un paseo juntos. "Gracias por ayudarme, Casa. Eres un verdadero amigo", dijo Moto sonriendo. Casa se sintió abrumado por la felicidad y la emoción de tener un nuevo amigo.
"¡Claro! Me encantaría dar un paseo contigo", respondió emocionado. Moto y Casa comenzaron a explorar juntos. Descubrieron lugares nuevos y emocionantes, como playas hermosas, montañas impresionantes y ciudades vibrantes. Y lo mejor de todo era que lo hacían juntos.
Poco a poco, más coches se acercaron a Casa para hacer amigos con él. Pero esta vez, en lugar de rechazarlos, los recibió con los brazos abiertos y les presentó a su amiga Moto.
"Miren chicos, ella es mi nueva amiga Moto" -dijo orgulloso-. "Ella me enseñó que el amor y la amistad son las cosas más importantes en la vida".
Los otros coches escucharon atentamente las palabras sabias de Casa y se dieron cuenta de que habían sido injustos al rechazarlo antes. A partir de ese día, todos los coches jugaron juntos felizmente sin importar cómo eran o qué aspecto tenían.
Casa aprendió una valiosa lección: no importa cuántas veces te rechacen o te hagan sentir solo, siempre hay alguien ahí fuera que será tu amigo verdadero si simplemente les das una oportunidad.
FIN.