La aventura de Cielito, la eriza viajera



Cielito era una eriza muy especial. A diferencia de las demás, no le bastaba con quedarse en el bosque, quería explorar el mundo, volar por los cielos y conocer lugares lejanos. Un día, decidió construir unas alas delta y emprender un viaje por las nubes. Con valentía y determinación, despegó y se elevó por encima de los árboles.

- ¡Voy a descubrir todo lo que hay más allá del bosque! -exclamó entusiasmada mientras planeaba por los cielos.

Durante su vuelo, Cielito divisó un hermoso río que fluía entre las selvas. Decidió aterrizar y pasar un tiempo en Brasil para conocer la exuberante naturaleza y las coloridas aves. Se hizo amiga de un tucán, quien le enseñó a apreciar los sonidos de la selva y a disfrutar de la diversidad de colores.

Una vez que se despidió de su amigo tucán, Cielito regresó a las alturas y se dirigió hacia el océano. Planeando sobre las olas, se aventuró por las playas de Hawaii. Allí conoció a una familia de tortugas marinas, quienes le mostraron la importancia de cuidar el océano y respetar a todas las criaturas que viven en él.

- ¡Nunca había imaginado que el mar pudiese ser tan emocionante! -exclamó Cielito mientras observaba a las tortugas nadar.

Después de despedirse con tristeza de sus nuevos amigos, Cielito continuó su viaje y decidió visitar Machu Picchu, en Perú. Fue un desafío llegar hasta allí, pero con su determinación y resistencia, pudo contemplar las majestuosas ruinas incas.

- ¡Qué maravilla! Este lugar me hace sentir pequeñita pero llena de gratitud por la historia que guardan estas piedras -susurró Cielito con admiración.

Finalmente, tras su aventura por Brasil, Hawaii y Machu Picchu, Cielito regresó a su hogar en el bosque. Antes de aterrizar, prometió nunca dejar de explorar, aprender y enseñar a los demás animales sobre la belleza y la importancia de cuidar nuestro planeta.

Y así, Cielito se convirtió en una eriza viajera, exploradora y protectora de la naturaleza, inspirando a todos los animales del bosque a ser valientes, curiosos y respetuosos con el mundo que los rodea.

FIN.

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