La Aventura de Damián y el Rincón de la Amistad



Era un día soleado en la escuela primaria "Estrella Azul". Los alumnos del quinto grado estaban en su aula, listos para empezar las clases. Entre ellos se encontraba Damián, un niño tranquilo que disfrutaba de leer cuentos y dibujar. Sin embargo, había un grupo de chicos que no perdían la oportunidad de burlarse de él.

- ¡Mirá, ahí viene el "ratón de biblioteca"! - gritó Franco, mientras sus amigos reían.

Damián bajó la cabeza, sintiéndose pequeño.

- ¿Por qué tienen que hacer eso? - se preguntaba.

Su maestra, la señorita Paula, siempre enseñaba sobre el respeto y la amistad, pero a veces las palabras de la maestra parecían no estar presentes en el aula.

Un día, la maestra anunció que tendrían que formar equipos para un proyecto de ciencias.

- Vamos a hacer un experimento sobre el reciclaje - explicó con entusiasmo.

Damián estaba emocionado, pero sabía que, por lo general, lo dejaban fuera de los juegos y trabajos en grupo.

- ¡Yo quiero trabajar con Damián! - dijo Ana, una compañera amable que siempre lo incluía.

Franco, al escuchar esto, comenzó a reírse otra vez.

- ¡Qué aburrido! - exclamó. - No me digas que vas a hacer tu proyecto sobre libros, "ratón".

Ana se puso enojada y lo miró fijamente.

- ¡Deja de faltarle el respeto! No es justo que lo trates así - le respondió con firmeza.

Franco se sorprendió por la reacción de Ana, pero rápidamente se recuperó.

- Bah, no importa. Al final, nadie va a querer trabajar con él - dijo, intentando restarle importancia.

El día del proyecto llegó, y Damián se había esforzado mucho. Había diseñado un experimento sencillo pero efectivo: cómo hacer una compostera con materiales reciclados. Mientras trabajaban, Damián explicó a sus compañeros cómo hacerlo.

- Primero, tenemos que juntar los restos de frutas y verduras - comenzó.

- ¡Eso es genial! - dijo Ana, entusiasmada.

Franco, que estaba escuchando, no podía creer que Damián pudiera ser tan creativo.

- Bueno, parece que el "ratón" sabe algo, ¿no? - dijo sin rencor.

todo el aula miró a Damián, quien sonrió tímidamente.

A medida que pasaban los días, Damián empezó a integrarse más, y Franco se sorprendió al darse cuenta de que Damián no solo tenía buenas ideas, sino que también era un buen amigo.

Un miércoles, mientras estaban en el recreo, Damián vio un grupo de chicos excluyendo a una nueva alumna, Sofía.

- ¡Mirá a la nueva, es muy rara! - dijeron algunos de los chicos.

Damián, recordando cómo se sentía, se acercó a Sofía e hizo salir a Franco y a otros.

- ¡Hola! Soy Damián. ¿Quieres jugar al fútbol? - preguntó con amabilidad.

Sofía, sorprendida y agradecida, sonrió.

- ¡Me encantaría! - respondió.

En ese momento, Franco se sintió incómodo por haber sido parte de las burlas.

- Che, lo que están haciendo no está bien - admitió.

Ana, que estaba cerca, asintió con la cabeza.

- Todos merecemos respeto. Sofía no hizo nada malo - agregó.

Desde ese día, el grupo de Franco comenzó a cambiar. En lugar de reírse de los demás, comenzaron a hacer nuevos amigos, incluido Damián.

La maestra Paula se dio cuenta de la transformación en el aula y decidió hacer una actividad sobre la amistad y el respeto.

- Como clase, tenemos que ser un apoyo el uno para el otro. Todos somos diferentes, pero eso nos hace únicos - explicó.

Los alumnos compartieron sus experiencias y se dieron cuenta de que, al final, todos se sentían mejor juntos, respetándose y apoyándose.

Damián, ahora un chico más seguro de sí mismo, sonrió al ver cómo su aula se había convertido en un lugar más amigable.

El último día del proyecto, el grupo presentó su trabajo sobre el reciclaje, mostrando su compostera y explicando su importancia para el medio ambiente.

- ¡Genial, chicos! - aplaudió la señorita Paula. - Este es un gran ejemplo de trabajo en equipo y respeto.

Damián miró a su alrededor y sonrió: había aprendido que el valor de ser uno mismo y ayudar a los demás podía cambiar las cosas.

Desde entonces, el "Rincón de la Amistad" se convirtió en su lugar favorito, donde todos se sentían aceptados y felices.

Y así, en la escuela "Estrella Azul", el bullying se transformó en amistad y respeto.

FIN.

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