La aventura de Danilo y la luz del faro




Danilo era un niño curioso y valiente, pero tenía un problema: le tenía miedo a la oscuridad. Por las noches, se quedaba encerrado en su cuarto, sintiéndose atrapado por las sombras que se proyectaban en las paredes. Sus padres intentaban consolarlo, pero nada parecía calmar su miedo.

Un día, mientras Danilo observaba desde la ventana de su habitación, vio un destello en la distancia. Se acercó para ver mejor y descubrió que era un faro. Quedó maravillado por la luz brillante que cortaba la oscuridad de la noche. Desde ese momento, Danilo tuvo una idea brillante: ¿y si buscaba su propia luz para vencer el miedo? Decidió emprender una aventura hacia el faro para encontrar la valentía que necesitaba.

A la mañana siguiente, se preparó con su mochila, una linterna y una libreta para anotar todo lo que descubriera en su camino. Al despedirse de sus padres, estos notaron la determinación en los ojos de Danilo y se sintieron esperanzados.

- ¡Buena suerte en tu viaje, Danilo! - exclamó su mamá con una sonrisa.

- ¡Cuídate y recuerda que estamos contigo en cada paso que des! - agregó su papá, abrazándolo con cariño.

Con la energía renovada por el apoyo de sus padres, Danilo emprendió su aventura. El camino hacia el faro era largo y lleno de desafíos, pero el niño se sentía cada vez más decidido a encontrar su luz interior. Durante el trayecto, conoció a distintos personajes, cada uno con su propia historia de superación y valentía, lo que lo inspiró a seguir adelante.

Finalmente, después de un día lleno de emociones, divisó la luz del faro brillando en la distancia. Con cada paso que daba hacia ella, Danilo se sentía más fuerte y valiente. Al llegar al faro, subió las escaleras con determinación hasta llegar al punto más alto. Desde allí, contempló el mar iluminado por la luz del faro y entendió que la oscuridad no era más que la ausencia de luz.

Con esta revelación, Danilo encendió su linterna y, de regreso a casa, se dio cuenta de que llevaba la luz dentro de sí mismo todo el tiempo. Ya no le tenía miedo a la oscuridad, pues sabía que podía brillar con su propia luz. Al cruzar la puerta de su hogar, sus padres lo recibieron con alegría y asombro.

- ¿Cómo estás, Danilo? ¿Qué hiciste hoy? - preguntaron, expectantes.

- Descubrí que la valentía está dentro de nosotros, mamá, papá. Y que siempre podemos brillar, incluso en la oscuridad. - respondió Danilo con una sonrisa radiante.

Desde ese día, Danilo llevó consigo su linterna como símbolo de valentía, y nunca más volvió a encerrarse en su cuarto por miedo a la oscuridad.

FIN.

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