La Aventura de Dante y Fermín en Egipto
Había una vez un perro marrón llamado Dante que vivía en una pequeña ciudad. Era un perro muy curioso que soñaba con aventuras más allá de su hogar. Un día, mientras paseaba por el parque, conoció a un chico llamado Fermín, que se asemejaba a un superhéroe. Fermín tenía una capa azul y una gran sonrisa. "- ¡Hola! Soy Fermín, el Superman de esta ciudad!" - dijo con entusiasmo.
Dante, siempre intrigado, le respondió: "- ¡Hola, Fermín! ¿De verdad puedes volar?"
"- ¡Claro! Pero solo en mis sueños. ¿Quieres ser mi compañero de aventuras?" - preguntó Fermín.
"- ¡Sí! ¡Me encantaría!" - ladró Dante, moviendo la cola.
Una mañana, mientras exploraban la biblioteca de la ciudad, encontraron un libro antiguo sobre Egipto. "- Mirá, Dante, ¡habla de pirámides y esfinges!" - exclamó Fermín. Dante, emocionado, dijo: "- ¡Debemos ir a Egipto!"
Sin pensarlo dos veces, Fermín usó su imaginación y con un giro de su capa, fueron transportados a un desierto caluroso y dorado.
A su llegada, se encontraron con una gran pirámide. "- ¡Guau! ¡Es más grande de lo que pensé!" - dijo Dante, asombrado. Fermín asintió. "- ¡Vamos a explorarla!"
Mientras entraban, notaron que había un pequeño camino lleno de jeroglíficos en la pared. "- ¿Qué dirán?" - se preguntó Dante. Fermín, con su entusiasmo, decidió que podían averiguarlo. "- ¡Se ve como un acertijo! ¡Vamos a resolverlo juntos!"
Luego de un rato, lograron descifrar que el jeroglífico decía: ""La amistad es el tesoro más grande". "- ¡Eso es muy cierto!" - dijo Dante. Fermín sonrió, "- Esto nos enseña que la verdadera aventura es disfrutarla juntos".
De repente, escucharon un ruido extraño. Era un esfinge que estaba atascada en la entrada. "- ¡Ayuda!" - decía desesperadamente. Dante y Fermín se miraron y decidieron que debían ayudarla. "- ¿Cómo podemos ayudarte?" - preguntó Fermín.
"- Necesito que encuentren la piedra perdida. Sin ella, no puedo volver a mi hogar" - respondió la esfinge con un tono triste.
"- ¡Nosotros te ayudaremos!" - exclamó Dante.
Los amigos se pusieron a buscar por todo el lugar. Atraviesan cactus, piedras y arena. Después de un rato fueron al mercado local. Fermín, siempre recordando el acertijo, le dijo a Dante: "- Si la amistad es el tesoro, entonces trabajemos juntos. ¡Seamos un gran equipo!"
Justo cuando estaban a punto de rendirse, Dante olfateó algo extraño. "- ¡Mirá, Fermín! ¡Ese es un brillo extraño!" - ladró emocionado.
A medida que se acercaron, encontraron una hermosa piedra de color dorado. "- ¡Es hermosa!" - dijo Fermín. "- ¡Y además, creo que es la piedra que busca la esfinge!" - ladró Dante.
Rápidamente, los dos amigos se dirigieron a la esfinge. "- ¡Aquí está tu piedra!" - gritaron con alegría. La esfinge sonrió, "- ¡Gracias, amigos! Ahora puedo regresar a mi hogar en la pirámide".
Cuando la esfinge colocó la piedra en su lugar, se abrió un pasadizo que reveló un tesoro brillante. Sin embargo, en vez de quedarse con el tesoro, la esfinge dijo: "- Este es un regalo para ustedes, como agradecimiento por su valor y amistad".
Fermín y Dante miraron el tesoro, pero ambos se sintieron aún más felices por la aventura que habían vivido juntos.
"- Lo mejor de todo es que tenemos esta experiencia juntos, no necesitamos el oro" - dijo Fermín. Dante asintió y ladró: "- ¡Sí, tenemos una gran amistad!"
Y así, Dante y Fermín regresaron a su ciudad, pensando en las maravillas que habían visto. Aprendieron que la verdadera aventura no era solo viajar a lugares mágicos, sino también compartir momentos juntos y ayudar a los demás.
"- ¿A dónde iremos la próxima vez?" - preguntó Dante, mientras volvían a casa. Fermín respondió riendo: "- ¡Donde quiera que la imaginación nos lleve!"
Y así, los dos amigos estaban listos para más aventuras juntos, demostrando que la amistad es, sin duda, el tesoro más grande en cualquier parte del mundo.
FIN.