La aventura de Dragy en el día de campo



Había una vez en el pintoresco pueblo de Manzanares el Real, un grupo de niños de una clase de 5 años que estaban emocionados por su próximo día de campo en el campo de fútbol del pueblo.

Todos estaban ansiosos por jugar y divertirse juntos. -¡Vamos chicos, vamos a disfrutar de un día lleno de juegos y diversión! -exclamó la maestra con entusiasmo mientras los niños corrían hacia el campo.

Los pequeños se dividieron en equipos y comenzaron a jugar un animado partido de fútbol. Mientras tanto, un perro callejero llamado Rufus observaba desde lejos con curiosidad. Rufus era un perro amigable y juguetón que siempre estaba buscando nuevas aventuras.

De repente, algo inesperado sucedió: un dragón mágico apareció volando sobre el campo de fútbol. Los niños gritaron sorprendidos al ver al majestuoso dragón surcando los cielos. -¡Wow, es un dragón! ¡Qué increíble! -exclamó uno de los niños emocionado.

El dragón descendió suavemente y aterrizó frente a los asombrados niños. Para sorpresa de todos, el dragón no era peligroso en absoluto, sino que parecía amistoso y simpático. -Hola pequeños amigos, mi nombre es Dragy.

He venido aquí para proponerles un desafío: una carrera alrededor del campo de fútbol. ¿Se animan? -dijo Dragy con entusiasmo. Los niños se miraron entre sí con emoción y aceptaron encantados el desafío propuesto por el amigable dragón.

La maestra les dio permiso para participar bajo la atenta mirada del curioso Rufus. La carrera comenzó con gran energía y entusiasmo. Los niños corrían lo más rápido que podían mientras Dragy volaba sobre sus cabezas animándolos.

La competencia estaba reñida pero todos se divertían mucho en el proceso. Sin embargo, cerca del final de la carrera, uno de los niños tropezó y cayó al suelo lastimándose levemente la rodilla. Los demás corredores se detuvieron preocupados por su amigo caído.

-¡Oh no! ¿Estás bien? -preguntaron todos alarmados mientras rodeaban al niño accidentado. La maestra se acercó rápidamente para revisar la herida y tranquilizar al niño herido.

En ese momento, Rufus se acercó lentamente al grupo con algo brillante en su boca: era un vendaje que había encontrado tirado en el campo. -¡Miren chicos, Rufus trajo un vendaje para curar tu herida! -exclamó uno de los niños sorprendido. Con la ayuda del vendaje proporcionado por Rufus, la maestra pudo curar la herida del niño rápidamente.

Todos aplaudieron emocionados ante semejante gesto solidario del perro callejero. Finalmente, todos decidieron terminar juntos la carrera hasta cruzar juntos la línea final abrazando a su amigo recuperado.

Dragy felicitó a los valientes corredores y les prometió volver para compartir más aventuras juntos en el futuro. Así terminó aquel inolvidable día en Manzanares el Real: con risas, juegos, solidaridad y amistad entre humanos y criaturas mágicas como Dragy y Rufus.

FIN.

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