La Aventura de Drey y Korina
En un pequeño pueblo rodeado de montañas, vivían Drey y Korina, dos amigos inseparables. Un día, mientras caminaban por el bosque, encontraron un huevo extraño.
-Drey, mirá esto, ¿qué puede ser? -preguntó Korina, señalando el huevo.
-Debe ser un huevo de algún ave rara -respondió Drey, lleno de curiosidad.
Decidieron llevar el huevo a casa y cuidarlo. Pasaron días y noches esperando que algo sucediera. Finalmente, un buen día, el huevo comenzó a romperse.
-¡Mirá! ¡Está naciendo! -exclamó Korina emocionada.
-¿Qué será? -dijo Drey, lleno de intriga.
De repente, salió un simpático dragón de colores brillantes.
-¡Hola, pequeños! Soy Drago -dijo el dragón, moviendo sus alas con alegría.
Drey y Korina se miraron con sorpresa.
-¿Un dragón? Esto es increíble -dijo Drey.
-¡Qué divertido! -agregó Korina.
A partir de ese día, Drago se convirtió en su compañero de aventuras. Juntos volaron por el cielo, exploraron nuevos lugares y descubrieron la magia del bosque.
-¡Miren, allá hay un lago lleno de estrellas! -gritó Drey, señalando un hermoso lago que brillaba como un espejo.
-¡Vamos a verlo! -respondió Korina, llena de emoción.
Pero un día, mientras jugaban cerca del lago, Drago se dio cuenta de que había otros seres en el bosque.
-¿Vieron esos animales? Parecen tener problemas -dijo el dragón mientras señalaba a unos pajaritos que no podían volver a sus nidos.
-Sí, parecen asustados. Debemos ayudarles -propuso Korina.
Drey y Korina, junto a Drago, se acercaron a los pajaritos.
-¿Qué les pasa? -preguntó Drey.
-¡Un fuerte viento nos hizo caer! -dijeron los pajaritos con tristeza.
-¡No se preocupen! Vamos a ayudarles a volver a sus nidos -prometió Korina.
Drey pensó en un plan.
-Drago, ¿puedes llevar uno de ellos en tu espalda? -preguntó.
-¡Claro! ¡Suban! -dijo Drago, listo para volar.
Así fue como comenzaron a ayudar a los pajaritos uno a uno. Volaban alto, y cada vez que llevaban un pajarito de regreso, los otros se llenaban de alegría.
-¡Gracias! ¡Nunca habíamos tenido un amigo dragón! -dijo uno de los pajaritos.
-¡Nos encanta ayudar! -respondió Korina, sonriendo.
Después de un largo día de trabajo, todos los pajaritos estaban de vuelta en sus nidos.
-¡Lo logramos! -gritó Drey.
-¡Sí! Juntos somos más fuertes -añadió Korina.
Desde ese día, el pequeño grupo de amigos pasó a ser el equipo más querido del bosque. Todos los animales sabían que podían contar con ellos.
Un día, mientras jugaban, Korina se dio cuenta de que había algo especial en su corazón.
-Drey, creo que deberíamos tener un hijo algún día y enseñarle todo lo que hemos aprendido -dijo ella mirando a su amigo con ternura.
-¡Sí! Imagínate tener un pequeño dragón que nos acompañe -respondió Drey emocionado.
Con el tiempo, Drey y Korina tuvieron un precioso hijo llamado Leo. Cuando Leo nació, Drey y Korina decidieron que era hora de enseñarle sobre la bondad y la amistad.
-¡Mira, Leo! Este es Drago, nuestro dragón amigo -dijo Korina.
-¡Hola, Leo! ¡Voy a ser tu mejor amigo! -gritó Drago mientras hacía volar a Leo por el aire.
Drey y Korina, orgullosos, vieron como su pequeño hijo crecía rodeado de aventuras y amistad.
-Recuerda siempre, Leo, ser amable y ayudar a los demás, porque eso es lo más importante -le enseñaron sus padres.
Así, en el mágico bosque, la historia de Drey, Korina y Leo se convirtió en leyenda, demostrando que el verdadero valor de la vida está en la amistad y en el amor que compartimos con los demás.
FIN.