La Aventura de Evangelina y la Virgencita de Luján



Evangelina era una niña curiosa y valiente que vivía en un pequeño pueblo de Argentina. Un día, mientras paseaba por el bosque cercano a su casa, encontró una hermosa imagen de la Virgencita de Luján.

Sorprendida, Evangelina decidió llevar la imagen a su casa y cuidarla con mucho cariño. A medida que pasaban los días, Evangelina notó que cosas maravillosas comenzaron a suceder en su pueblo.

Las personas estaban más felices, los enfermos se recuperaban más rápido y los campos parecían más verdes y frondosos. Evangelina no podía creerlo, ¡la Virgencita de Luján estaba obrando milagros! Decidió investigar más y descubrió que la Virgencita era conocida por su bondad y amor por los niños.

Evangelina se sintió afortunada de haberla encontrado. Llenó su corazón de alegría y decidió compartir la historia con los demás niños del pueblo. Juntos, organizaron un día de limpieza y cuidado del bosque en honor a la Virgencita.

La comunidad se unió en amor y solidaridad, demostrando el poder de la fe y la alegría de ayudar a los demás. Desde entonces, Evangelina y los niños del pueblo visitaban la imagen de la Virgencita de Luján con regularidad, compartiendo sus alegrías y preocupaciones.

Y cada vez que lo hacían, sentían que la Virgencita les sonreía. Evangelina aprendió que el amor y la generosidad pueden traer milagros a nuestras vidas, y que con fe y esperanza, siempre hay razones para sonreír.

FIN.

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