La aventura de Fresa y sus amigos



Había una vez en el país de las frutas, un niño llamado Fresa que vivía en una pequeña casa de dulce de leche. Fresa era muy curioso y siempre estaba buscando aventuras nuevas para descubrir.

Un día, mientras jugaba en el jardín, Fresa encontró una pelota mágica brillante. La pelota le habló y le dijo: "¡Hola, soy Pepito la Pelota! ¿Quieres jugar conmigo?".

Fresa emocionado aceptó y juntos empezaron a jugar al fútbol por todo el jardín. "¡Qué divertido es jugar contigo, Pepito!", exclamaba Fresa mientras pateaba la pelota. De repente, la pelota saltó tan alto que se metió dentro de la cocina de la casa.

Fresa corrió tras ella y cuando entró a la cocina vio algo sorprendente: las gafas del abuelo estaban sobre la mesa brillando con destellos dorados. "¡Wow! ¡Qué lindas gafas!", dijo Fresa admirando el brillo de las mismas.

En ese momento, las gafas cobraron vida y comenzaron a hablar: "Hola, soy Gabi Gafas. Veo que eres un niño muy curioso y valiente, ¿quieres tener una aventura inolvidable conmigo?". Fresa no lo pensó dos veces y se puso las gafas.

De repente, todo a su alrededor cambió. La cocina se transformó en un bosque encantado lleno de criaturas mágicas y coloridas. "¡Increíble! ¡Estoy en un mundo mágico!", exclamó Fresa maravillado.

Gabi Gafas le explicó que debían encontrar tres cristales especiales para poder regresar a su mundo. Juntos emprendieron un viaje lleno de desafíos y aprendizajes donde conocieron hadas, duendes e incluso dragones amigables que les ayudaron en su misión. Después de superar muchas pruebas emocionantes, finalmente encontraron los tres cristales especiales.

Al colocarlos juntos frente a ellos, fueron transportados de vuelta a la cocina del dulce hogar de Fresa. "¡Lo logramos! ¡Qué aventura tan increíble!", gritaba emocionado Fresa mientras abrazaba a Gabi Gafas y Pepito la Pelota.

Desde ese día, Fresa supo que siempre estaría listo para nuevas aventuras y nunca dejaría de explorar el mundo que lo rodea con ojos curiosos y corazón valiente.

Y así fue como el niño fresa descubrió que con imaginación y valentía cualquier sueño puede hacerse realidad.

FIN.

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