La aventura de Frisk en el Monte Ebott


Érase una vez en un pequeño pueblo, vivía un niño llamado Frisk. Un día, estando aburrido, decidió emprender una emocionante aventura: escalar el misterioso Monte Ebott.

A pesar de la leyenda que decía que aquel que escalaba la montaña nunca regresaba, Frisk estaba decidido a descubrir qué había en la cima. Con valentía, empezó su ascenso. Durante su trayecto, se encontró con algunos obstáculos, pero con determinación los superó.

Al llegar a la cima, se quedó maravillado por la belleza del paisaje. De repente, escuchó un ruido que provenía de una cueva. Temeroso, se acercó lentamente y para su sorpresa, se encontró con un grupo de amigables monstruos.

Ellos le contaron que la leyenda sobre la montaña era solo un malentendido y lo invitaron a jugar y explorar juntos. Frisk comprendió que no todos los prejuicios son ciertos y aprendió a no juzgar sin conocer. Pasó días maravillosos con sus nuevos amigos, aprendiendo cosas nuevas y compartiendo sonrisas.

Finalmente, decidió regresar al pueblo para contar su increíble aventura. Todos se sorprendieron al escuchar su historia, pero Frisk les explicó lo importante que es mantener la mente abierta y no dejarse llevar por las apariencias.

A partir de ese día, Frisk y los monstruos se convirtieron en grandes amigos, demostrando que la amistad y la valentía pueden derribar cualquier temor. Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

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