La Aventura de Gato, Mono y Flor
Había una vez en un hermoso campo, tres amigos muy especiales: un gato llamado Gato, un mono llamado Mono y una dulce flor que respondía al nombre de Flor. Todos los días, Gato se acurrucaba bajo el sol, Mono columpiaba entre los árboles y Flor bailaba con el viento. Pero un día, algo sorprendió a los tres amigos.
"¡Mirá, Gato!" - dijo Mono mientras saltaba de rama en rama "Hay algo brillante en el horizonte. ¡Voy a investigarlo!"
"¿Qué es eso?" - preguntó Gato con curiosidad mientras acariciaba su suave pelaje.
"¡Yo voy con vos!" - agregó Flor emocionada, dejando caer algunos pétalos al viento.
Los tres amigos decidieron explorar el mundo más allá de su campo y, después de unos minutos caminando, encontraron un campo lleno de luces de colores.
"¡Qué hermoso lugar!" - exclamó Gato mientras se acercaba cautelosamente.
"¡Mirá!" - dijo Mono señalando hacia un grupo de uvas que brillaban intensamente al sol.
"¡Uvas! ¡Me encantan!" - gritó Gato y se lanzó a probar una.
Mientras tanto, Flor se dio cuenta de que las luces eran en realidad velas que estaban puestas en círculo.
"¡Chicos, vean esto!" - dijo Flor. "Aquí hay velas. ¡Son mágicas!"
Mono, intrigado, se acercó a Flor.
"¿Mágicas? ¿Cómo?"
"Dicen que si haces un deseo cerca de las velas, puede hacerse realidad" - explicó Flor.
"¡Eso suena emocionante! Voy a pedir que haya más aventuras para nosotros" - dijo Mono, cerrando los ojos y soplando suavemente.
Gato, siempre un poco escéptico, se rió.
"¿Y si no suceden?"
Pero cuando Mono abrió los ojos, notó que algo había cambiado. Las velas comenzaron a buscar en el aire y formando imágenes de hermosos paisajes, ciudades llenas de luces y animales de todos tipos.
"¡Mirá, Gato! ¡Nuestras aventuras están aquí!" - dijo Mono emocionado.
Pero entonces, un fuerte viento sopló y comenzó a apagar las velas una a una.
"¡No!" - gritó Flor. "¡Si se apagan las velas, se irán nuestras aventuras!"
"Rápido, necesitamos ayudar a las velas!" - ordenó Mono, mientras Gato buscaba algo que pudiera protegerlas del viento.
"¿Qué tal si hacemos una barrera con hojas y ramas?" - sugirió Gato.
"¡Gran idea!" - respondió Mono lleno de energía.
Con mucha rapidez, los amigos trabajaron juntos. Gato, con sus patas ágiles, recogía hojas, Mono traía ramas desde los árboles y Flor guiaba el camino.
"¡Eso es! ¡Más rápido!" - exclamó Flor.
Finalmente, lograron armar una pequeña barrera que protegió las velas del viento. Cuando los últimos rayos de sol se apagaron, las velas comenzaron a brillar de nuevo.
"¡Lo hicimos!" - celebró Mono.
"Sí, amigos, trabajando juntos somos más fuertes" - dijo Gato con orgullo.
Al caer la noche, las velas seguían encendidas y comenzaron a liberar burbujas brillantes que flotaban hacia el cielo.
"¿Ves, Gato? Nuestros deseos están vivos y brillantes" - dijo Flor alegremente.
Así, los tres amigos jugaron y se divirtieron bajo las luces de las burbujas, creando nuevas aventuras en su mágico campo. Superior su deseo de tener más aventuras, lo más importante fue aprender a trabajar juntos y superar los desafíos.
Y así termina la historia de Gato, Mono y Flor, quienes descubrieron que la magia no solo reside en los deseos, sino también en la amistad y la colaboración.
FIN.