La Aventura de Halloween de Los Chipper Three
Era una noche oscura y misteriosa, ideal para celebrar Halloween. Angelina, Alice y Marco, tres amigos inseparables del barrio, decidieron que este año su disfraz sería muy especial. Inspirados por su programa favorito, Los Chipper Three, planearon construir sus propios trajes.
"Yo quiero ser Chippy, el que siempre está lleno de energía y aventura!" dijo Angelina emocionada.
"¡Entonces yo seré Chip, el más ingenioso de todos!" agregó Marco, mientras estaba rodeado de una gran cantidad de materiales para armar su disfraz.
"Y yo seré Chirpy, la más encantadora y alegre del grupo!" concluyó Alice, sonriendo.
Así que esa tarde, los tres amigos se pusieron manos a la obra. Angelina encontró un colorido overol azul que le quedaba perfecto y en lugar de un sombrero, decidió hacerse una diadema de papel que tenía orejitas de conejo porque Chippy siempre está lleno de sorpresas.
Por su parte, Marco eligió una camiseta verde y se ayudó de un cinturón para colgar algunos objetos curiosos que había encontrado en su casa. Con unos lentes de sol que parecían de locura, se sintió listo para ser Chip.
Finalmente, Alice encontró un vestido amarillo brillante que hacía juego con unos zapatos de charol. Se puso algunas pulseras de colores y un par de alas de mariposa que decoraban su espalda, así lucía como Chirpy.
Cuando se reunieron para mostrar sus disfraces, todos quedaron asombrados. La energía de Chippy, la inteligencia de Chip y la alegría de Chirpy estaban presentes en cada uno de ellos.
"¡Estamos listos!" gritaron al unísono.
Salieron a la calle, disfrutando de las calabazas talladas y las luces espeluznantes que adornaban los hogares del vecindario. Pero algo extraño comenzó a ocurrir. Mientras hacían su recorrido, notaron que un pequeño gato negro estaba atrapado en un arbusto y maullaba desconsoladamente.
"¡Pobre gatito! ¿Qué hacemos?" preguntó Alice con preocupación.
"¡Debemos ayudarlo!" exclamó Angelina, cuyas ganas de ser Chippy la llevaron a actuar inmediatamente.
"Pero ¿y el dulce?" dijo Marco titubeando.
"¡El dulce puede esperar! Este gato necesita nuestra ayuda primero. ¡Es de valientes!" insistió Alice.
Sin pensarlo dos veces, los tres amigos se acercaron al arbusto. Con cuidado, Angelina y Marco movían las ramas mientras Alice hablaba suavemente al gatito.
"No te preocupes, pequeño. ¡Ya te vamos a sacar!"
Finalmente, lograron liberar al pobre animalito. Cuando el gato salió, miró a sus rescatadores con ojos que brillaban de gratitud.
"¡Lo logramos!" gritaron entre risas de felicidad.
Después de esa emocionante experiencia, decidieron que la aventura de ayudar al gato era mucho mejor que recibir dulces. Con una sonrisa en el rostro, continuaron su trayecto, ahora más unidos que nunca. Decidieron que en lugar de hacer un recorrido para pedir golosinas, irían a casa de sus vecinos para mostrarles al nuevo amigo que habían salvado.
Llegaron con el gato en brazos, y todos estaban muy contentos de verlos.
"¡Le pondremos un nombre!" sugirió Marco.
"¿Qué tal si lo llamamos Chippy, en honor a nuestra aventura?" propuso Angelina, aún emocionada.
"¡Me encanta!" dijo Alice.
Esa noche, con el pequeño Chippy a su lado, se sintieron más que nunca como verdaderos Chipper Three. Sabían que ayudar a otros era mucho más gratificante que cualquier dulce que pudieran recibir. Desde ese día, el pequeño gato se convirtió en parte de su grupo y les enseñó que, a veces, las aventuras más increíbles surgen en los momentos más inesperados. Y así, los tres amigos aprendieron el verdadero significado de la amistad y el valor de ayudar a los demás durante Halloween y siempre.
FIN.