La Aventura de Hola y la Fiesta de los Sabores
Había una vez un pequeño pueblo llamado Sabrosito, donde todos sus habitantes eran muy alegres y felices. Cada año, en este pueblo se celebraba la Fiesta de los Sabores, una fiesta donde todos compartían sus comidas favoritas. Sin embargo, había un pequeño problema: Hola, un curioso y simpático niño, tenía una extraña obsesión por probar cosas inusuales, y una vez dijo: "¡Quiero comer caca!"-.
Los habitantes del pueblo se sorprendieron al escuchar esto. "Pero Hola, eso no se come!"- dijo Doña Rosa, la abuela que hacía las mejores tortas. "¿Por qué no pruebas algo diferente, algo rico?"-
Hola, que siempre estaba en busca de nuevas experiencias, decidió que quería entender por qué la gente decía que ciertas cosas no se comían. En su mente, "Quizás si lo pruebo, podré explicarles que hay otras maneras de ver las cosas"-.
Un día, mientras caminaba por el bosque, se encontró con una pequeña criatura muy peculiar, un erizo llamado Espi. "Hola, ¿por qué tienes esa cara de asombro?"- le preguntó Espi. "¡Quiero comer caca, pero no sé por qué!"-
Espi, divertido, le dijo: "Mirá, comerte algo así no suena muy bien. Pero puedo llevarte a conocer alimentos extraordinarios que te harán olvidar ese anhelo!"-
Hola pensó que era una gran idea, así que siguió a Espi por senderos llenos de maravillas. Encontraron hortalizas que bailaban al sol, frutas que relucían como joyas y hasta un río de chocolate que parecía un sueño. "¡Mirá que delicia! ¿Por qué querrías comer algo que no es nutritivo?"- le dijo Espi.
Hola asintió, entusiasmado por las cosas que estaba viendo. "¡Nunca había probado una fresa cantarina!"- exclamó mientras comía una que había encontrado en el camino. "Esto es increíble, Espi!"-
Cuando finalmente llegaron a la Fiesta de los Sabores, Hola tenía una gran sonrisa, y llenó su plato con las mejores comidas que había descubierto. Al ver a sus amigos, exclamó: "¡Chicos, probé cosas increíbles hoy! Disfrutar de la comida es mucho más divertido que imaginar comer cosas desagradables."-
Todos estaban emocionados por las historias que contaba, y algunos incluso se animaron a probar lo que él había traído. La fiesta fue un gran éxito, y mientras todos disfrutaban, Hola se dio cuenta de que no necesitaba probar lo extraño para encontrar felicidad en la comida "Cada uno tiene sus propios sabores, y eso es lo que hace este mundo tan divertido!"- dijo.
Desde aquel día, Hola y los demás comprendieron la importancia de compartir alimentos buenos y saludables, dejando de lado las ideas raras. "La clave está en disfrutar lo que tenemos y aprender de las diferencias"- dijo Espi mientras brincaba alegremente.
Y así, cada año en la Fiesta de los Sabores, no solo había comida deliciosa, sino que también había más amistad, risas y, por supuesto, las aventuras de Hola y Espi, que siempre traían algo nuevo para compartir.
FIN.