La aventura de Inés la iguana en Lima



En una pequeña isla del Amazonas vivía Inés, una curiosa iguana que siempre soñaba con conocer lugares lejanos. Un día, cansada de su rutina en la selva, decidió emprender un viaje hacia la gran ciudad de Lima, en Perú.

- 'Estoy emocionada por esta aventura, pero también un poco asustada', pensaba Inés mientras se adentraba en la densa vegetación. Con valentía, atravesó ríos y montañas, enfrentando peligros y desafíos en su camino. Finalmente, llegó a la bulliciosa ciudad de Lima.

Admirada por las altas construcciones y el ir y venir de la gente, Inés se preguntaba cómo podría encajar en un lugar tan diferente. - '¡Hola, iguana!', exclamó un perrito callejero llamado Lucas. '¿Qué te trae por aquí?'.

Inés, sorprendida, le contó a Lucas sobre su deseo de explorar el mundo fuera de la selva. Lucas, con su amabilidad, se convirtió en el guía de Inés por las calles de Lima.

Juntos recorrieron parques, miradores y museos, con Inés maravillándose por la diversidad de la ciudad. Sin embargo, la adaptación no fue tan sencilla. Algunas personas miraban a Inés con extrañeza, y eso la entristecía.

Lucas, notando su desánimo, le recordó que la diversidad es lo que hace al mundo un lugar maravilloso. - 'Tienes razón, Lucas. Aunque seamos diferentes, todos merecemos respeto y amabilidad', dijo Inés con determinación. Con esta nueva perspectiva, Inés decidió mostrar lo mejor de sí misma.

Organizó visitas a escuelas para enseñarles a los niños sobre la vida en la selva y la importancia de respetar a los animales. Su entusiasmo y dedicación conquistaron los corazones de muchos, y la gente la empezó a ver con admiración.

Con el tiempo, Inés se convirtió en un símbolo de tolerancia y diversidad en la ciudad. Su valentía y esfuerzo inspiraron a todos a ser más comprensivos y abiertos con los demás.

Inés comprendió que, aunque venía de la selva, había encontrado un hogar en Lima, donde su singularidad era apreciada. Y así, la iguana Inés vivió feliz, enseñando a grandes y chicos que la verdadera belleza está en la diversidad.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!