La Aventura de Iván y Giuliana en el Supermercado



Era un martes soleado en el barrio de Villa Alegría, y los jardines florecían con colores vibrantes. Iván y Giuliana, dos amigos de la infancia, estaban emocionados porque el sábado era la fiestita de cumpleaños de su amiga Vicky.

"No puedo esperar, va a ser la mejor fiesta del año," dijo Giuliana mientras se balanceaba en una pierna.

"Sí, pero necesitamos comprar muchas cosas para que sea especial. Y creo que deberíamos ir al supermercado ahora mismo, así Vicky se sorprende," propuso Iván, iluminándose.

Ambos sabían que faltarse a la escuela no era algo lo ideal. Sin embargo, la emoción de la fiestita era más grande que cualquier preocupación. Decidieron que se escaparían durante una hora para hacer las compras.

Una vez en el supermercado, comenzaron a hacer una lista de lo que necesitaban.

"Necesitamos globos, torta, y por supuesto, algunos zumos ricos" dijo Giuliana, pensando en el gran banquete que se les venía.

"No podemos olvidar los picadas. A todos les encanta," acotó Iván, mientras miraba a su alrededor.

Mientras paseaban por los pasillos llenos de coloridos productos, se detuvieron a mirar algo que les llamaba la atención: un pack de globos de helio que flotaban en el aire.

"Mirá esos globos, ¡son perfectos!" exclamó Iván mientras señalaba con su dedo.

"Sí, pero ¿podemos comprarlos con el dinero que tenemos?" preguntó Giuliana, con un atisbo de preocupación.

Buscó en sus mochilas y descubrió que con sus ahorros juntos, solo contaban con lo suficiente para un par de cosas.

"¡Vamos a hacer malabares!" propuso Iván con una chispa de creatividad.

"¿Malabares? ¿Qué tienen que ver los malabares con esto?" inquirió Giuliana, confundida pero intrigada.

"Podemos buscar a alguien que necesite ayuda, y a cambio podemos pedirles globos o algún otro ayudante. Con un poco de ingenio podremos conseguir un montón de cosas para Vicky," sugirió Iván.

Ambos se pusieron a la búsqueda de personas en el supermercado que pudieran necesitar ayuda. Al pasar por la sección de verduras, se encontraron con una anciana que necesitaba alcanzar unas manzanas en un estante alto.

"¡Hola! Necesita ayuda con eso?" ofreció Iván con una sonrisa.

"Oh, gracias, joven. Esas manzanas son para una tarta que estoy preparando," respondió la señora.

Iván con cuidado se estiró y las alcanzó.

"Aquí las tiene!" -dijo, mientras las pasaba.

"Gracias, chicos. Les debo una. ¿Qué desean a cambio?" preguntó la señora.

Giuliana tuvo una idea brillante.

"Si le traemos el café de la siguiente vez, ¿nos podría dar algunos globos de helio?" sugirió.

"¡Hecho!" dijo, entusiasmada por el trato.

El tiempo pasó volando mientras ayudaban a otros clientes, todos les agradecían. De repente se dieron cuenta de que ya era casi hora de volver a la escuela.

"¡Rápido, tenemos que irnos!" dijo Giuliana, llenando su carrito con las últimas cosas que habían podido conseguir.

"Sí, pero no tenemos nada más que un par de manzanas y una bolsa de globos!" se lamentó Iván.

"No importa, al menos tenemos el trato de la abuela y, sobre todo, hicimos algo bueno" respondió Giuliana.

Al volver apresuradamente a la escuela, se dieron cuenta que no servía de nada esconderse. Su maestra los confrontó cuando entraron.

"¿Dónde estaban?" preguntó.

Los dos amigos se miraron a los ojos y juntos dijeron:

"Fuimos al supermercado a comprar cosas para la fiestita de Vicky."

La maestra los escuchó, y en lugar de enojarse, sonrió.

"Entiendo que querían hacer algo especial, pero la educación es muy importante. ¿Por qué no ayudan a organizar una presentación de la fiesta en clase?"

Iván y Giuliana se miraron emocionados.

"¡Esa es una gran idea!" exclamaron.

Así, con el apoyo de su maestra, pudieron compartir su aventura, mostrar a sus compañeros todo lo que habían logrado y, sobre todo, dar un ejemplo de que la cooperación y la generosidad dan sus frutos.

Cuando llegó el día de la fiesta, no solo llevaron globos y una deliciosa tarta, sino también el recuerdo de una jornada llena de aprendizajes y aventuras que recordarían para siempre.

"La próxima vez, tal vez sea mejor planearlo con tiempo" -sugirió Giuliana.

"Sí, y nunca olvidemos lo divertido que es ayudar a los demás," respondió Iván, mientras ambos sonreían y se divertían en la fiesta, rodeados de amigos.

FIN.

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