La Aventura de Jacqs



Era una mañana soleada cuando Jacqs se despertó a las 8 de la mañana. Miró por la ventana y vio que el cielo estaba despejado y lleno de color.

"¡Qué linda mañana para aprender algo nuevo!" pensó, mientras saltaba de la cama y se vestía rápidamente. No quería llegar tarde al colegio.

Al llegar, Jacqs encontró a sus amigos en el patio. Todos estaban emocionados por el día que les esperaba. La maestra, la señorita Valeria, había planeado una excursión al zoológico.

"¡Che, Jacqs! ¿Vas a ver a los leones?" le preguntó Lucía, su mejor amiga.

"¡Sí! Y quiero sacar un montón de fotos para mostrarle a los demás" respondió él, con una sonrisa de oreja a oreja.

Durante la excursión, Jacqs y sus amigos se divirtieron explorando cada rincón del zoológico. Observaban a los animales, hacían bromas y aprendían juntos. De repente, un grupo de gorriones curiosos se acercó a ellos. Jacqs, emocionado, trató de capturarlos con su cámara.

"¡Mirá! Se están acercando, tiene que ser porque les gusta nuestro ruido!" dijo Diego, haciendo un sonido raro que hizo reír a todos.

Luego de un día lleno de risas y enseñanzas, Jacqs volvió a casa con su mochila llena de recuerdos y una sonrisa en el rostro. Cuando entró, su mamá le dijo:

"¡Hola, campeón! ¿Cómo estuvo el día?"

"¡Increíble, mamá! Vimos leones, jirafas y hasta gorriones que querían jugar con nosotros" respondió él, mientras se lavaba las manos para merendar.

Después de merendar unas galletitas, Jacqs se sentó en su escritorio. Era hora de hacer los deberes de español que había dejado para después. Miró la hoja y se dio cuenta que debía escribir un cuento.

"Voy a hacer un cuento sobre nuestra aventura en el zoológico!" pensó entusiasmado. Sus ideas fluían como un río y pronto tuvo una pequeña historia lista para presentar.

La cena fue otra oportunidad para compartir anécdotas. Su papá contó sobre su día en el trabajo, mientras Jacqs contaba de los animales que había visto.

"La próxima vez, quiero llevar a mi cámara para captar todos los momentos" comentó él con ganas de volver al zoológico.

Una vez que terminaron de cenar, Jacqs se bañó, se cepilló los dientes y, mientras se acomodaba en su cama, pensó en el día que había tenido.

"Hoy aprendí que siempre se puede divertir y aprender en cada momento," reflexionó, antes de cerrar los ojos y dejarse llevar por el sueño. Pero justo antes de dormir, le susurró a su mamá:

"Mañana quiero seguir aprendiendo, mamá. ¿Podríamos leer un libro juntos?"

"Por supuesto, Jacqs. Cada día es una nueva aventura para aprender", respondió su mamá, mientras le daba un beso de buenas noches.

Así, Jacqs se fue a dormir con la promesa de un nuevo día lleno de aprendizajes y amigos. Y en su mente, en lo más profundo de su corazón, sabía que cada aventura lo hacía más sabio y curioso. No hay mejor lección que la que se aprende disfrutando. Al final, la vida está llena de gorriones que quieren jugar con nosotros si tenemos el corazón abierto para ellos.

FIN.

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