La aventura de Jeremías y Apolo
Jeremías, la tortuga, y su amigo Apolo, el conejo, estaban jugando en el bosque con una pelota de colores. Saltaban y rebotaban de un lado a otro, riendo y divirtiéndose como nunca.
De repente, escucharon un zumbido fuerte y al mirar hacia arriba vieron que un enjambre de avispas y abejas los persiguió. -¡Corre Apolo, las avispas nos persiguen! -gritó Jeremías, mientras se ponía a resguardo. Apolo, asustado, corrió tan rápido como pudo y se escondió en un agujero.
Las avispas y abejas revoloteaban furiosamente, zumbando y buscando a los amigos. Jeremías se acercó al agujero y le propuso a Apolo encontrar una solución juntos. Decidieron inventar un plan para poner a salvo a las avispas y a ellas mismas.
Jeremías propuso hacer un dulce jarabe con miel para calmar a las avispas y abejas, mientras Apolo buscaría unas flores para ofrecerles como disculpa. Trabajaron en equipo con determinación, recolectando ingredientes y mezclando cuidadosamente.
Al cabo de un rato, las avispas y abejas se acercaron cautelosamente. Al probar el dulce jarabe y recibir las flores, su actitud cambió por completo. Las avispas zumbaban alegremente y las abejas revoloteaban con gratitud.
Jeremías y Apolo habían resuelto el problema de forma pacífica y amigable. Las avispas y abejas se marcharon felices, y los amigos se abrazaron emocionados. A partir de ese día, Jeremías y Apolo aprendieron que trabajando juntos y buscando soluciones creativas, cualquier problema puede resolverse.
Y así, continuaron jugando y explorando el bosque, con una nueva amistad con las avispas y abejas.
FIN.