La Aventura de Jesús y Sus Amigos



Era un día soleado en la ciudad de Alegría, donde vivía un niño llamado Jesús. A Jesús le encantaba leer libros, comer humus y pasar tiempo con sus amigos. En su casa, había un sofá muy cómodo donde a menudo se sentaba a disfrutar de sus historias favoritas.

Un día, mientras estaba en su sofá leyendo un libro sobre aventuras en el espacio, sus amigos, Gafas, Humus y Sofá, decidieron visitarlo.

"¡Hola, Jesús!" - exclamó Gafas, un niño con unas gafas enormes que le daban un aspecto muy divertido. "¿Qué estás leyendo?"

"¡Hola, Gafas! Estoy leyendo sobre astronautas que viajan a la luna. ¿Querés unirte a mí?" - respondió Jesús, emocionado.

Humus, la niña más dulce del grupo, se acercó y dijo:

"¡Me encantaría! Pero primero, deberíamos preparar algo delicioso para comer. ¿Qué tal un poco de humus?"

"¡Perfecto!" - dijo Jesús. "Siempre es más divertido leer con algo rico para picar."

Sofá, un niño que siempre se reía mucho, insistió:

"Y después de comer, ¡podemos imaginar que somos astronautas y construir nuestro propio cohete!"

Los cuatro amigos se pusieron a trabajar. Prepararon un delicioso humus, con pan pita y verduras. Luego, se acomodaron en el cómodo sofá de Jesús, mientras empezaban a leer. La historia de astronautas los llenó de entusiasmo.

De repente, mientras leían, se encontraron en medio de la historia, ¡literalmente! Un destello brillante los rodeó y, en un abrir y cerrar de ojos, estaban en una nave espacial.

"¿Dónde estamos?" - gritó Gafas, mientras miraba por la ventana de la nave.

"No lo sé, pero ¡es increíble!" - respondió Humus, emocionada "¡Veo la Tierra desde aquí!"

"Esto es una locura. ¡Parece que vamos a la luna!" - dijo Sofá, riendo a carcajadas.

Sin embargo, pronto se dieron cuenta de que no contaban con combustible suficiente para regresar. Jesús, siempre el más ingenioso, dijo:

"No se preocupen. ¡Podemos hacer un plan! Hay muchas cosas que podríamos usar a nuestro alrededor."

El grupo comenzó a improvisar. Usaron las cajas de libros como propulsores, las botellas de agua vacías como depósitos, y las galletas que habían traído de snack como combustible. Trabajando juntos, lograron crear un cohete improvisado que podía ayudarlos a volver a casa.

"¡Vamos!" - animó Jesús, entusiasmando a sus amigos.

Con su cohete, hicieron una maniobra espectacular para despegar de la luna. El viaje fue emocionante y lleno de risas. Finalmente, aterrizaron nuevamente en el sofá de Jesús, justo en el mismo lugar donde habían comenzado.

"¡Qué aventura!" - exclamó Gafas, quitándose las gafas para limpiarlas.

"¡Nunca pensé que podríamos hacer algo así!" - agregó Humus, mientras servía más humus.

"Lo mejor de todo es que lo hicimos juntos. Siempre podemos encontrar soluciones si trabajamos en equipo" - reflexionó Jesús.

Sofá, riendo, concluyó:

"Y lo más importante, ¡hay que seguir soñando! Para eso están los libros, para llevarnos a lugares maravillosos."

Esa tarde, los amigos aprendieron que con imaginación, trabajo en equipo y un buen montón de sonrisas, pueden lograr cualquier cosa. Y así, cada vez que se juntaban, recordaban su increíble aventura espacial, siempre listos para imaginar la próxima.

Y así, Jesús, Gafas, Humus y Sofá continuaron disfrutando de sus lecturas y su deliciosa comida, soñando juntos con nuevas aventuras.

Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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