La Aventura de John y el Jardín de la Salud



Era una mañana soleada cuando John se despertó, como de costumbre, justo a la hora que comenzaba su programa favorito de televisión. Sin pensar en nada más, se calzó sus pantuflas y corrió a la sala, dejando su cepillo de dientes y su desayuno de lado.

Un día, mientras volvía a casa después de la escuela, John se encontró con su vecina, la señora Clara, que siempre cuidaba su hermoso jardín lleno de flores y frutas.

"¡Hola, John! ¿Te gustaría ayudarme a recoger algunas frutas?"

"No, gracias. Prefiero jugar a videojuegos."

La señora Clara sonrió, pero notó que John no parecía muy feliz.

"¿Sabes, John? Las frutas son muy ricas y muy buenas para la salud. Además, jugar al aire libre también puede ser divertido."

"Pero yo prefiero mi PlayStation. No tengo tiempo para esas cosas."

Sin embargo, esa tarde, mientras jugaba, John comenzó a sentir que no tenía energía. Miró por la ventana y vio a varios chicos jugando al fútbol en el parque.

Decidió salir un rato. Al llegar al parque, se encontró con su amigo Pedro, quien estaba por comenzar un partido.

"¿Te unís a nosotros, John? Necesitamos un jugador más."

"Pero yo nunca juego al fútbol..."

"No te preocupes, solo ven. Es divertido, y después jugamos a los videojuegos."

Después de pensarlo un momento, decidió unirse al juego. Al principio fue un poco torpe, pero poco a poco se fue divirtiendo y riendo con sus amigos. Al final del partido, habían ganado y John estaba más feliz que nunca.

"¡Ese fue el mejor juego de mi vida! Ya no me duele el cuerpo."

"¿Ves? Jugar es genial."

Al regresar a casa, se sentía cansado pero satisfecho. En el camino, recordó lo que había dicho la señora Clara sobre las frutas. Al llegar, su madre lo esperó con una ensalada de frutas.

"¡Mmm, eso huele delicioso! ¿Puedo comer?"

"Por supuesto, pero primero cepíllate los dientes, ¡y no olvides pasar la tarde afuera! Cada día deberías comer frutas y hacer ejercicio."

John decidió empezar a cambiar sus hábitos. Todos los días, se cepillaba los dientes, comía frutas y, por las tardes, jugaba al fútbol con sus amigos. A veces, hasta ayudaba a la señora Clara con su jardín.

Un día, mientras recogía manzanas con ella, le contó lo que había cambiado.

"¡Gracias, señora Clara! Ahora me siento más fuerte y feliz. Ya no soy un adicto a los videojuegos. ¡Esto de vivir saludablemente es lo mejor!"

"Me alegra mucho escucharte, John. Recuerda siempre que cuidar de tu salud es como cuidar de un jardín. Necesitamos alimentarnos bien y movernos para crecer fuertes y felices."

Así, con el pasar del tiempo, John se volvió un chico lleno de energía, siempre listo para jugar al aire libre, disfrutar de las frutas y, por supuesto, cepillarse los dientes. Y cada noche, se iba a la cama a una hora razonable, deseando que llegara el nuevo día para vivir más aventuras.

Y así, John aprendió que una vida saludable era una gran aventura, y que disfrutar del tiempo con amigos era uno de los mejores juegos que podía jugar.

FIN.

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