La Aventura de Jorge y el Reino de la Limpieza
Había una vez un niño llamado Jorge que vivía en un pequeño pueblo lleno de colores y risas. A pesar de que el pueblo era hermoso, Jorge tenía un pequeño problema: no se cepillaba los dientes ni se bañaba. Su boca olía bastante mal, y a menudo sus compañeros de juego se mantenían alejados de él.
Un día, mientras jugaba solo en el parque, Jorge vio a sus amigos jugando a la pelota. Emocionado, corrió hacia ellos y gritó:
"¡Chicos, puedo jugar con ustedes!"
Pero los niños hicieron caras y se alejaron, diciendo:
"No, Jorge, no podemos jugar contigo. Tu boca huele mal y no queremos enfermarnos."
Jorge se sintió muy triste y se sentó en una banca, sintiendo que estaba solo. De repente, apareció un hada con alas brillantes, que le sonrió.
"Hola, Jorge. Soy el Hada de la Limpieza. He venido a ayudarte."
Jorge, sorprendido, le preguntó:
"¿Ayudarme? ¿A qué te refieres?"
El hada explicó:
"He notado que no te cuidas como deberías. Pero no te preocupes, puedo mostrarte un mundo maravilloso donde aprenderás sobre la importancia de la higiene. ¿Te gustaría ir?"
Jorge, con mucha curiosidad, asintió con la cabeza. El hada lo tomó de la mano y lo llevó volando a un lugar mágico llamado el Reino de la Limpieza.
Al llegar, Jorge vio un lugar lleno de colores vibrantes y criaturas simpáticas. Había un castillo hecho de jabones de todos los aromas y un río de chicle fresco. Todo era perfecto, pero también había problemas. Las criaturas del reino eran muy sucias porque no sabían cómo cuidarse.
Una ardilla llamada Tano se acercó a Jorge y le dijo:
"Hola, soy Tano. ¿Sabes qué? Mi pelo está lleno de barro y no tengo ni idea de cómo limpiarlo."
Jorge, al ver eso, recordó a sus amigos en el pueblo y decidió ayudar a Tano.
"Podemos pedirle ayuda al Hada de la Limpieza. Ella seguro tendrá soluciones."
Juntos, fueron a buscar al hada. Cuando la encontraron, ella les enseñó a cepillarse los dientes mientras cantaban una canción divertida:
"Cepillo arriba, cepillo abajo,
Un diente limpio es un gran reclamo!"
Así, Jorge y Tano aprendieron la importancia de cepillarse los dientes. Después, el hada les mostró cómo lavar el pelo con un champú burbujeante que hacía cosquillas.
"¿Ves, Tano? Es fácil ser limpio y divertido al mismo tiempo!"
Más criaturas del reino se unieron a la clase de limpieza y, juntos, aprendieron sobre la importancia de la higiene. Todos estaban tan felices que decidieron organizar una fiesta de limpieza para celebrar.
La fiesta fue un gran éxito. Había juegos, bailes y, sobre todo, una competencia de cepillado de dientes. Jorge, aunque se sentía un poco nervioso, se inscribió y ganó el primer lugar. Todos lo aplaudieron y aclamaron.
"¡Eres el mejor, Jorge!"
Con una gran sonrisa, Jorge se dio cuenta de que no solo había aprendido a cuidarse, sino que también había hecho nuevos amigos. Cuando llegó el momento de regresar a casa, el hada le dijo:
"Recuerda, Jorge, la limpieza es divertida y esencial. Lleva lo aprendido de esta aventura a tu hogar."
Al regresar a su pueblo, Jorge se sintió diferente. Empezó a cepillarse los dientes cada mañana y cada noche, y empezó a bañarse todos los días. Poco a poco, sus amigos comenzaron a acercarse a él nuevamente.
Un día, mientras jugaba a la pelota con ellos, uno de sus amigos le dijo:
"¡Jorge! Tu aliento huele genial ahora. ¡Qué bueno que te estés cuidando!"
Jorge respondió con una gran sonrisa:
"Sí, aprendí que ser limpio es genial y divertido. ¡Gracias a un hada mágica! Y ustedes también pueden unirse a mí."
Desde aquel día, Jorge no solo tuvo amistades, sino que se convirtió en un ejemplo a seguir en el pueblo. Ahora todos se cepillaban los dientes y se bañaban, porque entendieron que la higiene es esencial para ser felices y sanos.
Y así, Jorge vivió feliz, ayudando a los demás a aprender sobre la importancia de cuidar su higiene. Colorín colorado, este cuento se ha acabado.
FIN.