La aventura de Jorge y Lucas



Había una vez en un pequeño hormiguero en el jardín de la casa de Sofía, una niña curiosa y traviesa, una hormiga llamada Jorge.

Jorge era diferente a las demás hormigas, siempre soñaba con explorar más allá de los límites del hormiguero y conocer el mundo exterior. Un día, mientras todas las demás hormigas trabajaban arduamente recolectando comida para el invierno, Jorge decidió aventurarse fuera del hormiguero.

A pesar de las advertencias de sus compañeras, que le decían que era peligroso y que debía quedarse donde estaba seguro, Jorge no pudo resistir la tentación y salió en busca de nuevas experiencias. Al principio todo parecía emocionante para Jorge.

Descubrió flores coloridas, vio mariposas revoloteando y sintió el sol calentando su espalda. Pero pronto se dio cuenta de que estaba perdido y no sabía cómo regresar al hormiguero. Comenzó a sentir miedo y soledad.

"¡Oh no! ¿Qué voy a hacer ahora?", se lamentaba Jorge mientras caminaba sin rumbo fijo. De repente, escuchó una voz suave que le dijo: "¿Necesitas ayuda?". Era Lucas, un simpático grillo que había visto a Jorge perdido y decidió acercarse para ofrecerle su ayuda.

"¡Sí, por favor! Estoy perdido y no sé cómo volver a mi hogar", respondió Jorge con alivio. Lucas sonrió amablemente y le explicó a Jorge cómo orientarse utilizando puntos de referencia como árboles y rocas.

Juntos emprendieron el camino de regreso al hormiguero, sorteando obstáculos como charcos de agua y ramas caídas. Después de una larga travesía llena de aventuras, finalmente llegaron al hormiguero justo a tiempo para la cena.

Las demás hormigas recibieron a Jorge con alegría y gratitud por haber regresado sano y salvo. Desde ese día, Jorge aprendió la importancia de escuchar los consejos prudentes de los demás antes de tomar decisiones apresuradas.

También comprendió que la verdadera valentía no está en arriesgarse innecesariamente, sino en saber pedir ayuda cuando es necesario. Y así, la historia de la valiente Hormiga Jorge se convirtió en ejemplo para todas las demás hormigas del hormiguero, inspirándolas a ser cautelosas pero también dispuestas a explorar el mundo con prudencia y sabiduría.

FIN.

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