La Aventura de José y la Comida Saludable



Había una vez un niño llamado José, que vivía con su mamá y su papá en un barrio muy divertido. José era un niño muy alegre, pero tenía un pequeño problema: ¡le encantaban los chocolates! Cada día, al momento de ir al jardín de infantes, no podía resistirse a llenar su lonchera con un montón de golosinas.

Un día, mientras su mamá le preparaba el almuerzo, ella lo miró con preocupación.

"José, tenés que comer algo más saludable. ¿No querés llevar una fruta o un sándwich?"

"Pero mamá, el chocolate es muy rico y me da energía para jugar!" – respondió José con una sonrisa.

Y así, se fue al jardín con su lonchera llena de chocolates y caramelos.

Durante la semana, José comió más y más dulces. Jugaba con sus amigos y se sentía lleno de energía. Pero un viernes, comenzó a sentirse raro.

"Me duele un poco la pancita" – le dijo a su maestra, quien rápidamente avisó a su mamá.

Su mamá lo llevó al hospital.

"No te preocupes, José, aquí te van a ayudar" – le dijo, tratando de calmarlo.

Al llegar, un amable doctor lo recibió. Se llamaba Dr. Álvarez y tenía una gran sonrisa.

"Hola, José, ¿qué te pasa?" – le preguntó el doctor.

"Me duele la panza porque comí muchos chocolates" – dijo José, apenado.

El Dr. Álvarez lo examinó y luego le explicó:

"Es importante comer de todo un poco, pero los chocolates están bien solo de vez en cuando. Necesitamos darle a nuestro cuerpo lo que necesita para estar sano y fuerte. ¿Sabías que hay alimentos que pueden darte más energía y salud que los chocolates?"

José lo miró curioso.

"¿De verdad? ¿Qué tipo de alimentos?"

"Por ejemplo, las frutas y verduras son increíblemente buenas para ti. Te dan vitaminas que te ayudan a crecer y jugar."

José escuchó atentamente.

"¿Entonces, no debo comer solo chocolates?"

"Exactamente. Podés disfrutar de un chocolate de vez en cuando, pero no debes olvidar incluir otras cosas en tu comida" – respondió el doctor.

Cuando José se sintió mejor, el Dr. Álvarez le regaló una manzana.

"Quiero que pruebes esta delicia y me digas qué te parece. ¡Es crujiente y dulce!"

José probó la manzana y, sorprendentemente, le encantó.

"¡Es rica!" – dijo con una gran sonrisa.

De vuelta en casa, José decidió que quería cambiar.

"Mamá, a partir de hoy quiero llevar frutas y verduras en mi lonchera. Estas son más ricas que los chocolates!"

Su mamá se sintió muy orgullosa de su decisión.

"Me alegra escucharlo, José. ¡Vamos a preparar una lonchera saludable juntos!"

Así fue como José aprendió sobre la importancia del derecho a una buena alimentación. Desde ese día, se volvió el niño más feliz del jardín, no solo porque disfrutaba de su comida, sino porque sabía que estaba cuidando de su salud.

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Y colorín colorado, este cuento se ha acabado.

FIN.

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