La Aventura de Juan, Alex y el Perrito Lolo
Era una soleada mañana en Buenos Aires y Juan y Alex estaban preparando una sorpresa para su perrito Lolo. Ellos tenían un pequeño departamento lleno de colores y risas, y estaban muy emocionados por celebrar el cumpleaños de Lolo.
"¿Qué te parece si le hacemos una fiesta?", preguntó Juan con una sonrisa.
"¡Sí, me encanta la idea!", respondió Alex saltando de alegría. "Podemos invitar a sus amigos del parque y preparar galletitas para perros".
Juntos comenzaron a hacer una lista de invitados: sus amigos los perros, la vecina Marta con su perra Lola, y hasta planeaban hacer un video con todos jugando.
Mientras Juan comenzó a hornear galletitas para perros, Alex se encargó de decorar el departamento con globos y un cartel que decía: "¡Feliz Cumpleaños, Lolo!". Lolo, un perrito salchicha lleno de energía, correteaba de un lado a otro, sin entender lo que sus dueños estaban organizando.
La tarde llegó y con ella más sorpresas. Cuando los amigos de Lolo ya estaban en la puerta, Juan y Alex miraron a Lolo, que movía la cola con emoción.
"¡Sorpresa!", gritaron al unísono, abriendo la puerta. Todos los perros entraron brincando y llenaron el lugar de alegría.
"Mirá cuántos amigos tenés, Lolo", dijo Alex mientras acariciaba suavemente su cabeza.
Los ladridos y juegos comenzaron en el departamento. Pero a medida que la fiesta avanzaba, Lolo se dio cuenta de que había un nuevo perro en el grupo: un grandote y animal, que asustó a algunos de sus amigos.
"¿Quién es ese perro?", preguntó Juan, un poco preocupado.
"No lo sé, pero parece amigable", respondió Alex mientras observaba al perro nuevo.
El nuevo perro, llamado Rocco, se acercó a Lolo y a sus amigos para jugar. Al principio, todos temían que no lo querían, pero Lolo, valiente como siempre, se acercó.
"¿Querés jugar con nosotros?", le preguntó Lolo.
"Sí, me encantaría!", respondió Rocco moviendo la cola.
Y así, Lolo y Rocco se hicieron amigos. Comenzaron a correr por toda la sala y a jugar a atrapar la pelota, mientras los demás perros los miraban felices.
La fiesta se llenó de risas y ladridos de alegría, y todos jugaban felices. Hasta que de repente, el globo más grande de la decoración se soltó y voló justo sobre la mesa de galletitas, ¡pop! El estruendo asustó a varios perros, que comenzaron a ladrar y correr en direcciones opuestas.
"¡Calma!", dijo Juan intentando recuperar el control. "Todo está bien, solo fue un globo".
"Sí, Lolo, ven aquí", añadió Alex llamando a su perrito.
Lolo, tras ver que sus dueños estaban tranquilos, también se calmó y fue de inmediato al lado de Rocco, ya no tenía miedo. Rocco se acercó al globo desinflado y lo olfateó con curiosidad.
"¡Mirá, Lolo! ¡El globo ya no es un problema! Ahora podemos seguir jugando", dijo Rocco.
Así, Juan y Alex aprendieron que a veces, las sorpresas pueden asustar, pero siempre se pueden resolver con calma y valentía. Y así terminó la fiesta de cumpleaños de Lolo, lleno de juegos, amistad, y muchas galletitas. Al final del día, Juan y Alex abrazaron a Lolo y a Rocco. Ellos estaban contentos de haber incluido a un nuevo amigo en sus vidas.
"Siempre es bueno abrirnos a nuevas amistades", reflexionó Juan.
"Sí, y también recordar que aunque algo nos asuste, nuestro amor siempre nos va a guiar", respondió Alex.
Y así, Juan, Alex, Lolo y Rocco siguieron compartiendo risas y aventuras, recordando la importancia de la amistad y la valentía para enfrentar lo desconocido.
FIN.