La aventura de Juanito en la pradera



Había una vez en un pequeño pueblo de Argentina, un niño llamado Juanito. Juanito era muy curioso y siempre estaba buscando nuevas aventuras.

Un día, mientras exploraba el bosque cerca de su casa, se encontró con un árbol mágico.

El árbol tenía una cara amigable tallada en su tronco y le habló a Juanito: "¡Hola, pequeño! ¿Estás listo para vivir una gran aventura?"Juanito saltó de emoción y respondió: "¡Sí, estoy listo!"El árbol sonrió y dijo: "Muy bien. Pero primero debes resolver tres acertijos para demostrar que eres lo suficientemente valiente y astuto". Juanito aceptó el desafío sin dudarlo y el árbol comenzó a hacerle los acertijos. "Acertijo número uno", anunció el árbol.

"¿Qué tiene patas pero no puede caminar?"Juanito pensó por un momento y luego exclamó: "¡Una mesa!"El árbol asintió con aprobación y continuó con el segundo acertijo. "Acertijo número dos", dijo el árbol. "Si me nombras, desaparezco.

¿Quién soy?"Esta vez Juanito tuvo que pensar más tiempo, pero finalmente respondió: "¡Silencio!"El árbol sonrió aún más ampliamente esta vez y planteó el último acertijo. "Acertijo número tres", declaró.

"Tiene ojos pero no puede ver, tiene agua pero no puede beber". Juanito frunció el ceño mientras reflexionaba sobre la respuesta correcta. Pasaron unos minutos y finalmente exclamó: "¡Un mapa!"El árbol aplaudió emocionado y dijo: "¡Bravo, Juanito! Has demostrado ser valiente y astuto".

De repente, el árbol se abrió en dos y reveló un pasadizo secreto. Juanito entró rápidamente y se encontró con una hermosa pradera llena de flores de colores brillantes. En medio de la pradera había un grupo de animales que parecían estar muy tristes.

Había un conejo llorando, un pájaro desanimado y una tortuga que no quería salir de su caparazón. Juanito se acercó a ellos y preguntó qué les sucedía.

El conejo explicó que habían perdido la esperanza porque no podían encontrar comida suficiente para todos. Juanito tuvo una idea brillante. Recordando lo aprendido en la escuela sobre cómo cultivar alimentos, decidió enseñarles a los animales cómo plantar semillas y cultivar sus propias verduras.

Durante semanas, Juanito trabajó arduamente junto con los animales para preparar el suelo, plantar las semillas y cuidar las plantas. Poco a poco, las verduras comenzaron a crecer y pronto tenían suficiente comida para todos.

Los animales estaban tan felices que organizaron una gran fiesta en honor a Juanito. Bailaron, rieron y disfrutaron de la deliciosa comida que habían cultivado juntos. Después de la fiesta, el árbol mágico apareció nuevamente frente a Juanito para felicitarlo por su valentía y generosidad.

"Has demostrado que con valentía y conocimiento, puedes ayudar a los demás y hacer del mundo un lugar mejor", dijo el árbol. Juanito sonrió y agradeció al árbol por la aventura y las lecciones aprendidas.

Prometió seguir siendo curioso, valiente y siempre dispuesto a ayudar a los demás. Desde ese día en adelante, Juanito se convirtió en un héroe para su pueblo.

Siempre buscaba nuevas formas de ayudar y enseñar a otros, recordando la importancia de cultivar no solo alimentos, sino también amistad y generosidad en su comunidad. Y así, Juanito vivió muchas más aventuras emocionantes mientras seguía el camino de la valentía y la sabiduría.

FIN.

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