La Aventura de Kiki y los Zombis Embappé
En un pequeño pueblo llamado Goloso, donde la diversión y la alegría reinaban, vivía una niña llamada Kiki. Kiki era una gran fanática del fútbol y soñaba con ser una gran jugadora como su ídolo, Kylian Mbappé. Amaba jugar en la plaza con sus amigos y siempre llevaba su pelota a todas partes. Pero un día, algo extraño sucedió.
Esa noche, mientras Kiki se preparaba para dormir, vio en las noticias que unos zombis habían invadido Goloso. Pero no cualquier tipo de zombis; estos zombis eran especialmente únicos. En lugar de moverse torpemente y hacer ruidos espeluznantes, estos zombis se movían rápidamente, como si fueran atletas extraordinarios y tenían una habilidad especial para jugar al fútbol. No eran los típicos zombis que daban miedo, ¡eran zombis embappé!
Al día siguiente, Kiki decidió que debía descubrir qué pasaba. Al salir a la plaza, vio a un grupo de zombis embappé jugando un partido de fútbol contra unos chicos del barrio. Eran grises y un poco desgarbados, pero los zombis eran rápidos y habilidosos manejando la pelota.
- ¡Ey, Kiki! Vení a jugar con nosotros - gritaron sus amigos.
Kiki dudó. - ¿Qué pasa si los zombis son peligrosos? - preguntó mientras observaba el partido cautivada.
- No lo son, mirá lo bien que juegan - le contestó su amigo Lucas. - ¡Son geniales! ¡Vienen de otro mundo, pero tienen amor por el fútbol!
Decidida a resolver el misterio, Kiki se acercó al grupo. - ¿Por qué están aquí, zombis? - preguntó con curiosidad.
Uno de los zombis, al que Kiki nombró —"Zoe" , respondió con una sonrisa que iluminaba su rostro gris. - Vinimos de la Tierra de los Zombis, donde solo podemos jugar fútbol cuando hay amor y unidad. ¡Queremos mostrarles cómo jugar y compartir nuestro amor por el deporte!
Kiki se sintió emocionada y llena de esperanza. - ¡Claro que sí! Juguemos juntos.
El partido comenzó y fue una celebración increíble. Kiki y sus amigos aprendieron valiosas lecciones sobre el trabajo en equipo y la perseverancia, mientras que los zombis les enseñaron trucos increíbles. Todo transcurría bien hasta que, de repente, un rayo cayó y desató una tormenta. El cielo se oscureció y los zombis comenzaron a dispersarse, preocupados por su regreso a casa.
- Rápido, tenemos que ayudar a nuestros nuevos amigos! - gritó Kiki.
Los chicos del barrio y Kiki se unieron para formar un gran refugio y proteger a los zombis del viento y la lluvia. Mientras los chicos trabajaban juntos, Kiki recordó las palabras de Zoe sobre la unidad. La tormenta pasó, dejando un arcoíris brillante en el cielo.
- Gracias, Kiki. Ustedes son los mejores amigos que podríamos tener - dijo Zoe aliviada.
- ¡No hay problema, los amigos siempre están para ayudar! - respondió Kiki.
Al final del día, los zombis se despidieron y prometieron regresar. Luego de un gran abrazo, Kiki levantó la vista hacia el cielo. - ¡El fútbol une a todos, hasta a los zombis! - dijo con una sonrisa.
Desde ese día, Kiki y sus amigos aprendieron que, sin importar cuán diferentes seamos, siempre podemos encontrar un terreno común a través de la pasión, la amistad y el juego.
Kiki siguió practicando el fútbol, siempre recordando a sus amigos zombis y convencida de que, tal vez un día, volverían para jugar juntos nuevamente. Después de todo, el fútbol era su sueño y nada, ni siquiera unos zombis con habilidades extraordinarias, podría detenerla.
FIN.