La aventura de Kylen y Nailan
Había una vez un niño llamado Kylen, quien nació el 16 de junio de 2020 en un hermoso hogar lleno de risas y abrazos. Kylen tenía un hermano mayor, Nailan, que tenía 21 años y lo adoraba con todo su corazón. Desde que Kylen llegó a la familia, Nailan había asumido el papel de hermano protector y divertido.
Un día soleado, Kylen y Nailan decidieron salir a jugar al parque. Kylen estaba emocionado.
"¡Vamos, Nailan! ¡Quiero volar en el columpio!"
"¡Dale, pequeño! ¡Te empujaré tan alto como un pájaro!" respondió Nailan con una sonrisa.
Cuando llegaron al parque, Kylen corrió hacia el columpio, mientras Nailan lo empujaba con cariño. De repente, Kylen vio algo que le llamó la atención. Era un globo rojo volando en el aire.
"¡Mirá, Nailan! ¡Quiero ese globo!"
"No te preocupes, Kylen. A veces, los globos vuelan muy alto, pero siempre podemos intentar alcanzarlos. Vamos a seguirlo."
Ambos comenzaron a correr tras el globo que danzaba en el cielo. Pero a medida que corrían, se dieron cuenta de que estaban alejándose más y más del parque.
"¡Espera, Kylen! ¡Es fácil perderse!" dijo Nailan, preocupado.
"Pero yo quiero el globo, ¡es tan bonito!" protestó Kylen, saltando con entusiasmo.
Después de un rato, se detuvieron en un lugar que no conocían. Era un pequeño bosque lleno de árboles altos y flores coloridas.
"Esto no es el parque, ¿verdad?" preguntó Kylen, un poco asustado.
"No, no lo es. Pero mira cuán hermoso es. Vamos a explorar un poco, pero siempre juntos. No quiero que te alejes."
Kylen asintió y juntos comenzaron a caminar. Al poco tiempo encontraron un arroyo que brillaba con la luz del sol.
"¡Agua!" gritó Kylen feliz.
"¡Sí! Pero no te acerques demasiado. Podemos mojarnos, pero eso también es parte de la diversión."
Mientras jugaban junto al arroyo, escucharon un sonido extraño.
"¿Qué fue eso?" preguntó Kylen, mirando a su hermano.
"No lo sé, pero vamos a ver. Puede ser un animal interesante. ¿Te acordás de la vez que vimos esos patos?" respondía Nailan emocionado.
Al acercarse, descubrieron que era un pequeño conejito atrapado entre unas ramas.
"¡Pobrecito! ¡Hay que ayudarlo!" exclamó Kylen.
"Claro que sí. Pero debemos hacerlo con cuidado. Los animales se asustan fácilmente."
Nailan y Kylen se acercaron despacio y, con mucho cuidado, lograron liberar al conejito.
"¡Lo hicimos!" gritó Kylen, riendo.
"Sí, y ahora se va a casa con su familia. Buen trabajo, Kylen."
El conejito los miró agradecido antes de saltar al bosque.
"Fue una aventura increíble, ¿verdad?" dijo Nailan.
"Sí, pero ahora tenemos que volver al parque. Mamá y papá estarán preocupados."
Nailan asintió, pero antes de irse, decidió que era el momento perfecto para una última sorpresa.
"Esperá un segundo. ¡Sorpresa!" Nailan sacó de su mochila un paquete de galletitas.
"¡Galletas! ¡Qué ricas!" Kylen gritó con alegría.
"¡Y una bebida!" agregó Nailan mientras sacaba una botella de jugo.
Se sentaron en el césped del bosque y disfrutaron de su merienda, riendo y hablando de sus aventuras.
"¿Sabías que hoy aprendí algo muy importante?" dijo Kylen mientras mordía una galleta.
"¿Qué aprendiste, pequeño aventurero?" preguntó Nailan.
"Que siempre hay que ayudar a los demás y que las mejores aventuras son las que vivimos juntos."
Nailan sonrió, sintiéndose orgulloso de su hermanito.
"Exactamente, Kylen. Siempre juntos, en las buenas y en las malas. Ahora, ¡volvamos al parque!"
Y así, tomados de la mano, Kylen y Nailan regresaron al parque donde más risas y aventuras les esperaban. Desde ese día, Kylen sabía que, aunque a veces las cosas se complicaran, siempre podía contar con su hermano mayor.
Porque la vida es mejor cuando la compartimos con aquellos a quienes queremos.
FIN.