La Aventura de la Abejita Bea



Era una hermosa mañana en el campo de lavandas donde vivía la abejita Bea. El sol brillaba cálido y alegre mientras sus hermanas recolectaban polen de las lavandas. Pero, a pesar de la belleza del día, Bea se sentía un poco triste.

"-Ya no queda polen en el campo de lavandas. Todos mis hermanos ya trabajaron aquí!" pensó Bea.

Al ver cómo sus hermanas volaban felices con sus cargados al poder, Bea decidió que debía aventurarse más allá de su hogar conocido y buscar nuevas flores. "-Quizás pueda encontrar algo delicioso en el bosque de qbedules!" exclamó entusiasmada.

Con determinación, se lanzó en un vuelo hacia el bosque. Al entrar, quedó maravillada por la belleza del lugar. Los árboles se alzaban altísimos, y el sonido del agua fluyendo por el arroyo la llenó de energía. Luego de un breve recorrido, encontró un lugar lleno de flores silvestres alrededor del arroyo.

"-¡Mirá cuántas flores! Seguro aquí hay mucho polen para llevar a casa!" dijo Bea, revoloteando de emoción.

Pero al acercarse, notó algo extraño. Las flores parecían estar demasiado altas, y Bea era pequeña.

"-¿Cómo voy a alcanzar ese polen?" se preguntó. Fue entonces cuando, de entre las flores, apareció un pequeño saltamontes.

"-Hola, abeja!" saludó el saltamontes. "-¿Buscas polen?"

"-¡Sí! Pero no sé cómo alcanzar esas flores!" contestó Bea con un suspiro.

"-No te preocupes, puedo ayudarte. ¡Solo sigue mi ejemplo!" dijo el saltamontes. Bea lo observó mientras saltaba con destreza entre las flores, hasta que finalmente, ¡plaf! Una flor se inclinó hacia el suelo.

"-¡Wow! Eres increíble!" se maravilló Bea.

"-Gracias, es porque soy ligero. Pero tú también tienes tus habilidades. ¿Sabes qué? , puedo hacer que persistamos juntos. ¡Usa tus alas! ” le animó.

Con un poco de nervios, Bea se armó de valor. Junto al saltamontes, logró encontrar una forma divertida de trabajar en equipo.

Usando su especial capacidad para volar y el talento del saltamontes para saltar, juntas podían alcanzar las flores.

"-¡Lo estamos haciendo!" gritó Bea emocionada. Cada vez que un grupo de flores se inclinaba gracias a los saltos del saltamontes, Bea se llenaba de polen.

Seguir trabajando en equipo les permitió llegar a más flores. La diversión y las risas llenaron el aire mientras recolectaban polen de diferentes colores y formas.

Al final del día, Bea había llenado su aljibe de polen y estaba muy feliz. Pero hizo una pausa y miró a su nuevo amigo.

"-¿Sabés? Siempre intenté hacerlo todo sola. Pero hoy aprendí que es mejor compartir la aventura. Gracias por tu ayuda!" dijo Bea con una gran sonrisa.

"-Así es, el trabajo en equipo puede ser muy divertido. Recuerda, aunque seamos diferentes, siempre podemos encontrar la manera de ayudarnos juntos!", respondió le saltamontes con alegría.

Con el polen recogido y un nuevo amigo a su lado, Bea voló de regreso a casa con cada vez más confianza. No solo había aprendido a conseguir polen en un lugar sorpresivo, sino también que la colaboración era esencial.

De vuelta en el campo de lavandas, llevó a su nueva amiga a conocer a las demás abejas.

"-¡Miren lo que encontré! ¡Un amigo!" exclamó Bea, feliz. Sus hermanas se acercaron, muy intrigadas por la historia de la aventura de Bea. Y así, la abejita no solo volvió a casa cargada de polen, sino que también se trajo un amigo, demostrando que el espíritu de equipo y la valentía son esenciales en la vida.

Y desde ese día, Bea y el saltamontes vivieron muchas otras aventuras, pero esa fue, sin duda, la más especial.

FIN.

Dirección del Cuentito copiada!
1